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Volvernos a Dios, principio para ser bendecidos y prosperados

Volvernos a Dios, principio para ser bendecidos y prosperados

Fernando Alexis Jiménez

A
partarse de Dios fue lo peor que pudo hacer jamás. Una decisión de la que se arrepintió por mucho tiempo. Al comienzo pensó que dejar de ir a la iglesia, no orar ni siquiera cinco minutos, volver a tomarse unos tragos con los amigos—generalmente los viernes en la noche--, salir con alguna compañera de trabajo a pasear en procura de unas hora de pasión, y hacer una que otra triquiñuela para granjearse unos recursos, era la mejor decisión.
Cuando la crisis económica golpea nuestra vida
y no hay salida al laberinto, el camino
es volver la mirada a Cristo nuestro Señor...
--De lo que me estaba perdiendo—decía--. Ya tengo programa para este fin de semana, y sin duda, lo voy a pasar muy bien--.

Su esposa Ángela y los dos hijitos, de tres y cinco años, estaban pagando las consecuencias de su locura. Los enfrentamientos se hicieron frecuentes y, en alguna oportunidad, llegó a agredirla. No prosiguió ante el llanto de los menores, que estaban apreciando el lamentable espectáculo.


Iba cayendo cada vez más en una espiral sin fondo. No sabía qué hacer. A quienes compartía su situación, le ofrecían muchas alternativas, entre ellas, acudir al ocultismo. Todo fue más grave cada vez.

--Estoy desesperado—se repetía una tarde de domingo, lluviosa, cuando estaba solo en casa y tenía el firme deseo de quitarse la vida.

Su esposa lo abandonó. Se llevó consigo a los niños. Y no fue hasta que estuvo el borde de la locura, en una profunda crisis económica,  que decidió buscar a Dios. Lo hizo presa del desespero, pero también, con el deseo de encontrar una salida al laberinto.

Reconocer su error, pedir la ayuda de Dios y dejar que Él tratara con su existencia, fue no solo el comienzo de una nueva vida, sino el principio de nuevas oportunidad. Ángela mantuvo su escepticismo frente al cambio de él, por varios meses, pero al comprobar que era un hombre renovado por Dios, terminó regresando a su lado.

Volver a buscar de Dios junto con su familia, le permitió encontrar la paz espiritual que tanto anhelaba. “Ni siquiera pensar en apartarme del Señor”, repite a quienes escuchan su testimonio de transformación y crecimiento.

Sométase al trato de Dios

Las crisis personales y de familia, tienen origen en nuestros desórdenes. Todo cuanto hacemos, acarrea consecuencias. No sólo nos afectan sino también a quienes nos rodean. Probablemente está atravesando una situación difícil. El panorama puede cambiar, basta con volver la mirada a Dios como describe el profeta Oseas, hablando de parte de Dios:

Nuestro amoroso y poderoso Dios
nos saca de las crisis económicas
y nos asegura la victoria, las bendiciones
y la prosperidad...
Vengan, volvámonos al Señor. Él nos despedazó, pero ahora nos sanará. Nos hirió, pero ahora vendará nuestras heridas. Dentro de poco tiempo él nos restaurará, para que podamos vivir en su presencia.”(Oseas 6:1, 2. Nueva Traducción Viviente)

Aun cuando no queremos que Dios trate con nuestra existencia, Él lo hace porque nos ama. Así lo relataba un prominente conferencista que cayó en adulterio. Pretendía seguir sirviendo en la iglesia y mantener ocultas sus relaciones. Llegó el momento en que el asunto salió a la luz. En oración—presa de la desesperación—le reclamó al Señor por permitir que saliera a la luz su error. Y Dios le dijo que era parte de su ayuda. Sólo así podría salir del pozo de perdición en el que se encontraba.

La salida del laberinto

Lo mejor que podemos hacer, si queremos salir del laberinto, es someternos al trato de nuestro amoroso Padre celestial. Él sabe cómo hacer las cosas y proveernos salidas a la encrucijada; sin embargo es necesario reconocer nuestro error y volvernos a Él, como registran las Escrituras:

¡Oh, si conociéramos al Señor! Esforcémonos por conocerlo. Él nos responderá, tan cierto como viene el amanecer o llegan las lluvias a comienzos de la primavera” (Oseas 6:3. Nueva Traducción Viviente)

Si nos arrepentimos y buscamos Su perdón, nuestro amoroso Padre celestial no sólo nos extenderá Su misericordia, sino que nos ayudará a salir de la crisis en la que nos encontremos. Él desea ayudarnos, pero es a usted y a mí a quien nos corresponde reconocer que—en nuestras fuerzas—no podremos lograrlo, sino con Su divina ayuda y poder.

No dilate la decisión. Vuélvase a Dios. Él quienes llevarlo a nuevos niveles de cambio y crecimiento personal y espiritual. Basta que le abra las puertas de su corazón a Jesucristo y lo reciba como su Señor y Salvador. Todo cambiará. Él hará de usted una nueva criatura, totalmente renovada.

Las bendiciones serán realidad en su existencia. Cambiará su relación con la familia y quienes lo rodean. Podrá, definitivamente, disfrutar de una vida plena… No deje pasar esta oportunidad…

Si tiene alguna inquietud, por favor, no dude en escribirnos a pastorfernandoalexis@gmail.com o llamarnos al (0057)317-4913705.

© Fernando Alexis Jiménez – Síganos en www.estudiosbiblicos.jimdo.com

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