Planeando sacar a Satanás del territorio
El Señor Jesús nos asegura
la victoria en las luchas que libramos
contra el mundo de las tinieblas...
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C
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on mucha frecuencia
recibo cartas de todos los países solicitando orientación respecto a cómo
emprender la guerra espiritual específica en un territorio. Mi respuesta
invariablemente se enfoca en tres direcciones: la primera, oración para ser
guiados por Dios; la segunda, identificar el sitio a intervenir y, la tercera,
desarrollar el mapeo espiritual, o cartografía.
Es la forma más
eficaz de recobrar los territorios que por años ha estado gobernando el mundo
de las tinieblas. Y es cierto: no todos se pueden involucrar sino aquellos que
están comprometidos con el Reino de Dios.
Comparto con usted
algunas consideraciones que, sin duda, le resultarán muy útiles:
Un poder que “golpea” soterradamente
“El satanismo es una ingeniosa invención de
los escritores de guiones cinematográficos. Les permite hacer películas cada
vez más taquilleras.” Contundente. Seguro. Contradictor. Escéptico. El
crítico literario hablaba en televisión ante una audiencia de millares de
personas en los Estados Unidos. Muchos de los televidentes se limitaron a
asentir con la cabeza, testimoniando su acuerdo con aquella afirmación.
Es lo mismo que
ocurre con muchas personas en todo el mundo. Consideran que la existencia de
Satanás y su cohorte de demonios se circunscriben a mitología con demasiada
inventiva. “Inconcebible que en pleno
siglo veintiuno, cuando el hombre avanza a pasos agigantados descubriendo las
maravillas del universo”, argumentó un científico al desestimar la solidez
de de fundamentos bíblicos que refieren la existencia milenaria del ocultismo,
y restar importancia a los cultos satánicos que abundan por doquiera.
Pero, ¿es esto así?
Sin duda que no. Satanás es real y libra una enconada batalla para evitar la
expansión del Reino de Dios.
Uno de los
escritores más rigurosos del Nuevo Testamento, el médico Lucas a quien se
atribuye la redacción del Evangelio que lleva su nombre, escribió que el “…Espíritu de Dios
llenó a Jesús con su poder. Y cuando Jesús se alejó del río Jordán, el Espíritu
lo guió al desierto. El diablo lo llevó a un lugar muy alto. Desde allí, en un
momento, le mostró todos los países más ricos y poderosos del mundo, y le
dijo:--Todos estos países me los dieron a mí, y puedo dárselos a quien yo
quiera. Yo te hará dueño de todos ellos, si te arrodillas delante de mí y me
adoras.”(Lucas 4:1-7, Traducción en Lenguaje Actual)
El pasaje encierra
varios aspectos de interés alrededor del dominio que ejerce Satanás sobre los
territorios y las personas. Aprendemos, primero, que el Adversario es real, y
viene a tentarnos aprovechando cualquier circunstancia en nuestra vida. El
pecado es el que le otorga “derecho legal”
para influenciar sobre el género humano y la tierra.
Segundo, el Enemigo
espiritual tiene dominio sobre las naciones. Ata a los hombres y mujeres a los
deseos de la carne, lo que a su vez le confiere poder (Cf. Romanos 13:14,
Gálatas 5:18; 1 Pedro 1:13-15; 2:11)
Aprendemos, en
tercer lugar, que el dominio del ejército satánico es evidente en todas las
naciones; cuarto, que él—nuestro Acusador—tiene poder que si bien es limitado,
es poder al fin y al cabo. Él lo transfiere a quienes le sirven. Un joven pactó
con él por chicas y popularidad en la universidad. Y sí, obtuvo lo que pidió.
No obstante, sólo disfrutó unos cuantos meses de los privilegios porque Satanás
comenzó a reclamarle la vida. Lo atormentaba día y noche con ideas suicidas. El
joven universitario no soportó la enorme presión y terminó por quitarse la
existencia.
Jesús el Señor es quien nos hace
vencedores en la lucha contra
el mundo de las tinieblas...
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Recuerde que el
diablo sólo vino a “robar, matas y
destruir”(Cf. Juan 10:10 a) Lo que comenzó como un juego inofensivo,
terminó en tragedia.
Peleando la batalla del lado de Dios
Satanás no quiere
ceder ni un centímetro de los territorios sobre los que hoy tiene dominio.
Despliega todo su ataque contra todo propósito de ganar almas para el Reino de
Dios. La oposición la desata desde el reino de las tinieblas.
El apóstol Pablo se
quejó de la fuerte oposición de un hombre que estaba al servicio del enemigo
espiritual, como se infiere por sus acciones; por ese motivo, escribió a su
discípulo Timoteo: “Cuídate Alejandro, el herrero, pues me ha
hecho mucho daño y está en contra de lo que enseñamos. Pero yo se que el Señor
Jesús habrá de castigarlo.”(2 Timoteo 4:15, 15. Traducción en Lenguaje Actual)
Durante el
ministerio terrenal del Señor Jesús los tropiezos por el cumplimiento de su
misión fueron permanentes. ¡Satanás no se iba a quedar quieto! Mientras que
muchos cristianos descuidan su vida espiritual, el Enemigo trabaja veinticuatro
horas al día, siete días a la semana, los trescientos sesenta y cinco días del
año.
“Un día
Jesús subió a una barca con sus discípulos, y les dijo:<<Vamos al otro
lado del lago>>. Entonces partieron, y mientras navegaban Jesús se quedó
dormido. De pronto se desató una tormenta sobre el lago, y el agua empezó a
meterse en la barca. Los discípulos, al ver el grave peligro que corría, a
gritos despertaron a Jesús:--¡Maestro, Maestro, nos hundimos!--. Jesús se
levantó, y ordenó al viento y a las olas que se calmaran.”(Lucas 4:22-24,
Traducción en Lenguaje Actual)
El Maestro iba en
dirección a Gadara, ciudad sobre una de las márgenes de Galilea, que era un
territorio en el que Satanás había establecido una fortaleza demoníaca.
Estoy convencido
que la tormenta se produjo como consecuencia de un ataque del Adversario.
Recuerde que, aunque limitado, él tiene poder, el mismo que le concede el
pecado del género humano.
¿Cuántas acciones
encaminadas a predicar las Buenas Nuevas de Jesucristo enfrentaron oposición en
el reino de las tinieblas? Sin duda muchas. Es una realidad que, además de
mantenernos alerta, debe llevarnos a estar prendidos de Dios en oración. Jamás
olvide que usted y yo libramos nuestras batallas contra el mundo de lo oculto,
no en nuestras fuerzas sino en el poder de Dios. ¡Él nos asegura la victoria!
Sin temor a las reacciones del enemigo
Un experimentado
estratega militar relataba que la forma más contundente y eficaz para destruir
el ejército contrario se fundamentaba en conocerlo en detalle y atacar sus
puntos neurálgicos. “Es necesario
adentrarse en el territorio enemigo para asestarle duros golpes”, explicó.
Como cristianos
comprometidos, usted y yo estamos en la línea de batalla. Somos guerreros
espirituales. No olvide que Satanás tratará de impedir a toda costa que
invadamos con el Evangelio transformador de Jesucristo, las áreas geográficas
sobre las cuales gobierna.
Tras el incidente
en el mar de Galilea, el Señor Jesús arribó a Gadara, ciudad en la que el
Adversario tenía una verdadera fortaleza. Inmediatamente le salió al paso un
endemoniado. “Ese hombre no vivía en una casa, sino en el
cementerio, y hacía ya mucho tiempo que andaba desnudo… Cuando ese hombre vio a
Jesús, lanzó un grito y cayó de rodillas ante él. Entonces Jesús ordenó a los
demonios que salieran del hombre, pero ellos gritaron:--¡Jesús, Hijo del Dios
Altísimo!¿Qué vas a hacer con nosotros? Te rogamos que no nos hagas
sufrir!(Lucas 4:26-29, Traducción en Lenguaje Actual)
¡Satanás pone
tropiezos! Olvida que Cristo lo venció en la cruz, y en medio de su tozudez,
persiste desplegando ataques contra el Reino de Dios.
Cuando Jesús les
ordenó que salieran del hombre, “los demonios le
rogaron a Jesús que no los mandara al abismo, donde se castiga a los demonios.
Cerca de ahí, en un cerro, había muchos cerdos comiendo. Los demonios le
suplicaron a Jesús que los dejara entrar en esos animales, y él les dijo
permiso.”(Lucas 8:31, 32, Traducción en Lenguaje Actual)
¿Cuál era el
motivote aquellos seres inicuos? Quedarse en Gadara, que consideraban
territorio de su propiedad. Dominaba sobre sinnúmero de per4sdonas hasta tal
punto que, una vez libertado aquel hombre y tras precipitarse los cerdos
endemoniados en el mar, “…los habitantes de
la región de Gerasa le rogaron a Jesús que se fuera de allí, porque tenían
mucho miedo.”(Lucas 4:37, Traducción en Lenguaje Actual).
Nuestro enemigo
espiritual ejerce dominio sobre áreas geográficas específicas. Usted y yo, como
cristianos comprometidos, estamos llamados a recobrar esos territorios. Lo
hacemos extendiendo el Reino de Dios mediante la proclamación del Evangelio.
Es una arremetida
que emprendemos mediante oración y la identificación de los puntos donde opera
el mundo de las tinieblas. Batallamos en oración y clamor, y tenemos asegurada
la victoria.
El mapeo espiritual, como se denomina a la
cartografía, debemos realizarlo de una búsqueda sincera de Dios.
Si tiene alguna inquietud, por
favor, no dude en escribirme a pastorfernandoalexis@gmail.com o llamarme al (0057) 317-4913705
© Fernando Alexis Jiménez
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