Evalúe cómo anda su vida delante de Dios... |
1. Lectura
Bíblica: Lucas
12:13-21
2. Versículo
para memorizar:
“Pero Dios le dijo:
“¡Necio! Vas a morir esta misma noche. ¿Y quién se quedará con todo aquello por
lo que has trabajado?”. Así es, el que almacena riquezas terrenales pero no es
rico en su relación con Dios es un necio.”(Lucas
12:13-21, Nueva Traducción Viviente)
3. Reflexión
en la Palabra de Dios:
Nació para triunfar, pero murió en la derrota.
Una tarde soleada de sábado, cuando muchos de sus amigos y conocidos en el
mundo artístico, se aprestaban a salir a disfrutar un día más de fiesta en un
mundo rodeado de glamour, riqueza y trivialidad. Un final abrupto, absurdo, sin
pensarlo.
“El mayor
demonio soy yo. Puedo ser mi mejor amiga o mi peor enemiga”, dijo Whitney
Houston al referirse a su adicción a la cocaína, marihuana y las píldoras
(entrevista en el Canal ABC.17/09/2002)
Comenzó a cantar a los once años en la Iglesia
Bautista Nueva Esperanza en Newark, Nueva Jersey. Jamás en esa etapa de su vida
faltaron, ni la Biblia en la mesita de noche, ni tampoco las enseñanzas de sus
padres.
Durante la adolescencia fue parte de los coros de Chaka Khan, Jermaine
Jackson y otros famosos al tiempo que trabajaba como modelo. Alguien escuchó su voz—en criterio de muchos
prodigiosa—y consideró que estaba frente a una estrella en potencia.
Lanzó su primer álbum en 1985, que se convirtió
en un éxito. En 1992 interpretó “El
guardaespaldas” a la que siguieron dos películas más en 1995.
Cuando estaba en la cumbre de la fama, también
alcanzó el pico más alto de sus adicciones: “Las
drogas eran parte de mi día a día. Hacía mi trabajo pero después, por un año o
dos, consumía cocaína o marihuana todos los días. No era feliz, me estaba
perdiendo”(Entrevista en el famoso programa de la televisión norteamericana
conducido por Oprah Winfrey, en el 2009).
Wihtney
Houston fue encontrada por su estilista personal el 11 de febrero de 2012 en
una bañera del Hotel Hilton, de Beverly Hills, en el Condado de Los Ángeles.
“La
artista era consumidora de Xanax, medicamento que consumía para controlar la
ansiedad antes de acudir a fiestas, y el viernes había trasnochado e ingerido
mucho licor. Los efectos del medicamento y la mezcla del alcohol pudieron
dejarla inconsciente mientras tomaba el baño”, registró un despacho
internacional de noticias (Agencia Efe. 12/02/2012)
Se fue para siempre. Partió a la eternidad sin
pena ni gloria. Desechó la vida espiritual en la mejor etapa de su vida y
partió a la eternidad distante sin Dios en su existencia… De nada sirvieron la
fama, la riqueza y la belleza: No era feliz.
Whitney Houston no es la única que parte a la
eternidad en el que pudiera ser su mejor momento. Otros famosos, sin felicidad
en su existencia, emprendieron el viaje sin retorno y sin Cristo.
Billie Holiday, murió a los 44 años, después de
arrastrar por mucho tiempo la adicción a los estupefacientes y la heroina. Era
hermosa y con una voz prodigiosa.
Falleció el 17 de julio de 1959. La famosa intérprete de Jazz falleció
arruinada, abandonada por sus amistades y sin un solo contrato a la vista.
Otra famosa, Janis Joplin, murió por una
sobredosis, en condiciones muy similares a las de Marilyn Monroe, bajo una
permanente sensación de soledad. Uno de los casos más sonados y recientes, fue
la muerte de la también famosa, Amy Winehouse, por consumo excesivo de alcohol
tras un considerable período de abstinencia.
La fama, el dinero, la belleza y—en cierta
medida—la juventud, no trajeron felicidad a estas vidas. Partieron a la
eternidad sin Cristo con un profundo vacío en su corazón.
Los seres humanos tenemos la inclinación a vivir
el momento, y olvidarnos de Dios y de las responsabilidades que acarrean
nuestras acciones. El hombre con solidez económica, se despreocupa vida
espiritual porque cree que “lo tiene todo”;
la mujer con una buena posición social desestima a los demás porque ella tiene
“reconocimiento y fama”, mientras que
el joven experimenta una vida desenfrenada bajo el convencimiento de que “juventud sólo hay una”.
Olvidamos que nada es para siempre; todo es
transitorio, efímero. La riqueza, la fama y la juventud se van rápidamente, como
agua entre las manos.
El Señor Jesús compartió una parábola que nos
lleva a reflexionar sobre la importancia de valorar lo verdaderamente
importante: nuestra vida, no solo ahora sino en la eternidad. Un hombre se le
acertó a pedirle que dirimiera la diferencia que tenía con su hermano, quien no
quería darle parte de la herencia: “Y luego dijo: «¡Tengan cuidado con toda
clase de avaricia! La vida no se mide por cuánto tienen». Luego les
contó una historia: «Un hombre rico tenía un campo fértil que
producía buenas cosechas. Se dijo a sí mismo: “¿Qué debo hacer? No tengo lugar
para almacenar todas mis cosechas”. Entonces pensó: “Ya sé. Tiraré abajo mis
graneros y construiré unos más grandes. Así tendré lugar suficiente para
almacenar todo mi trigo y mis otros bienes. Luego me pondré cómodo y me diré a
mí mismo: ‘Amigo mío, tienes almacenado para muchos años. ¡Relájate! ¡Come y
bebe y diviértete!’”. Pero Dios le dijo: “¡Necio! Vas a morir esta misma noche.
¿Y quién se quedará con todo aquello por lo que has trabajado?”. Así es, el que
almacena riquezas terrenales pero no es rico en su relación con Dios es un
necio.”(Lucas 12:13-21, Nueva Traducción Viviente)
El mañana es incierto. Nada determina que usted
llegará al otro día. No, por favor, no lo tome a mal. No es “terrorismo evangélico” sino una
realidad. ¿Qué hacer? Ponernos a cuentas con Dios.
Siempre debemos estar preparados para dar
cuentas a Dios de lo que hacemos. Esto nos lleva a evaluar cómo anda nuestra relación
con Él, nuestra relación con el cónyuge y con los hijos, y en general, cómo es
nuestro desenvolvimiento con otras personas. Es posible cambiar y hacer los
ajustes que requerimos para una vida mejor. Todo parte de una decisión: recibir
a Jesucristo en el corazón y permitir que sea Él quien guie nuestros pasos. Es
una decisión de la que—puedo asegurarle—no se arrepentirá jamás.
4.
Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a. Si hoy debiera partir a
la eternidad, ¿está preparado para ese tránsito?
b. ¿Ha evaluado que su vida
necesita un cambio con ayuda de Dios?
c. ¿Ha pensado que lo
material—todo cuanto tenga—es transitorio así como lo es la vida?
d. ¿Qué aprendió hoy de la
parábola del Señor Jesús en Lucas 12:13-21?
e. ¿Cómo anda su relación a
nivel familiar?
© Fernando Alexis Jiménez
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