Cuando nos asalta el desánimo o el panorama luce desalentador, debemos depositar toda nuestra confianza en Dios |
1. Lectura
Bíblica: Salmo 146:5;
2. Versículo
para memorizar:
“Bienaventurado
aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en Jehová su Dios”
(Salmo 146:5).
3. Reflexión en
la Palabra de Dios:
¿Sabe por qué razón muchas
personas buscan ayuda entre quienes los rodean o tal vez la ciencia y no en
Dios? Por tres razones, al menos: La primera, temen que no haya un poder que pueda
cambiar lo inevitable; la segunda, porque consideran que su problema es tan
grande, que nada ni nadie podrán ayudarlo; en tercer lugar, por considerar que
el Señor está tan “ocupado” que no prestará atención a sus oraciones.
Dios quiere atender nuestros pedidos, el “cuello de botella” o impedimento para
que esto no ocurra está en nosotros, que no buscamos Su rostro en oración, en
procura de ayuda y de respuestas.
Para utilizar una expresión muy común el Latinoamérica,
es hora de “retar la fe”, es decir, poner en práctica nuestras
convicciones. Basta creer. No es otra cosa que caminar bajo la certeza de que
no caeremos.
Imagine por un instante que se desplaza por la cuerda
floja, lo hace porque tiene la certeza de que llegará al otro lado. Igual con
su disposición de creer: simplemente tenga la tranquilidad de que el milagro
que necesita vendrá.
Dios escucha sus
oraciones tanto como las nuestras. No hay una razón para creer que, si alguien
confía en el Señor, será escuchado menos que otra persona. Jamás olvide lo que señalan las Escrituras: “...al que cree, todo le es posible”
Creer es
tener el firme convencimiento de que, absolutamente, nada nos impedirá recibir
lo que estamos pidiendo al Señor. Él responde, que no quepa la menor sombra de
duda. Si el enemigo viene con ideas encaminadas a tergiversar lo que significa
confiar en el Señor, declárelas sin poder en el Nombre de Jesús y permita que
prevalezca la fe. ¡Dios responde porque somos Sus hijos!
© Fernando Alexis Jiménez
4. Preguntas
para el crecimiento personal y espiritual:
a. ¿Confía usted en Dios en medio de las
crisis de la vida?
b. ¿A quién busca cuando atraviesa por
momentos difíciles?
c. ¿Deposita su confianza en el Señor cuando las
cosas van mal?
d. ¿Está dispuesto a renunciar a sus
problemas para que Dios tome el control?
e. Desde hoy depositaré toda mi confianza en
el obrar poderoso de Dios
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