Someta su vida en manos de Dios; recuerde que Él es quien sana nuestro mundo interior... |
2. Versículo para memorizar:
“Venid a mi
todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”(Mateo
11:28).
3. Reflexión en la Palabra de Dios:
El apóstol Pablo escribió en el primer siglo de
nuestra era a los cristianos de Tesalónica: “Y
el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu,
alma y cuerpo, sean guardados irreprensibles para la venida de nuestro Señor
Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará”(1 Tesalonicenses
5:23, 24).
Cuando leemos cuidadosamente
el texto encontramos que el propósito eterno de Dios ha sido el que mantengamos
equilibrio en nuestro ser. Cuando haya alguna descompensación, Dios mismo será
nuestro ayudador para subsanarla. Sobre esta base entendemos que la Sanidad
Interior es uno de los maravillosos planes que Él tiene para nosotros. Conoce
nuestros sufrimientos, expectativas y temores.
Si alguien por factores
externos e incluso generacionales, evidencia algún grado de desequilibrio, es
necesario que experimente en su vida la Sanidad Interior en la cual Jesucristo,
como nuestro Señor y guiador, juega un papel fundamental. La sanidad se opera
en tres áreas:
1.- Área Sicológica.
2.- Área Espiritual
3.- Área Física
La sumatoria de estas tres
áreas constituyen el ser en su integralidad que es como lo describe el apóstol
Pablo: espíritu, alma (gr. Sique) y cuerpo.
Aunque la Sicología ha hecho
avances de significación en el tratamiento de alguien que enfrenta algún grado
de afección en su Siquis, solamente Jesucristo puede obrar una sanidad plena e
integral.
Jesucristo dijo: “Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y
yo os haré descansar”(Mateo 11:28).
Con este símil estaba explicando que temores, delirios, inquietudes y traumas,
entre otros, debemos entregárselos a Él para que ministre la sanidad en nuestro
ser.
Los sicólogos ayudan hasta
cierto punto, pero no pueden obrar plenamente hasta en la parte más íntima de
una persona. Cristo sí, porque Él mismo estuvo desde antes de que todo
existiera y fue partícipe de nuestra creación. Él es quien puede sanarnos
realmente.
4. Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a. ¿Ha entregado sus problemas en manos de Dios?
b. ¿Permite que Dios obre sanidad en su mundo interior?
c. ¿Persisten traumas en su vida que no han podido sanar?
d. ¿Está dispuesto a rendir sus traumas en manos de Dios?
©
Fernando Alexis Jiménez
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