Vivir a
plenitud en medio de las tormentas
Fernando Alexis Jiménez
S
|
obre
uno de los costados del hermoso Puente
Villena Rey, en Miraflores, sector exclusivo de Lima, se puede apreciar el
mar Pacífico y, cuando muere el sol en la tarde, el tiempo parece que se
detiene y lo qué más anhela nuestro corazón, es compartir ese instante único e
irrepetible al lado de la persona que amamos. Una obra de arquitectura que
encierra a la vez, hermosura y modernidad. “Un
orgullo de los peruanos”, me dijo alguien al ver mi admiración por la
enorme estructura de cara al océano.
¿Qué cosas le roban la paz? Hoy es el día para hacer un auto examen de su existencia... |
No
se trata únicamente de acero y concreto. No. En absoluto. Es un monumento al
progreso. Su construcción la impulsó el licenciado Mario Cabrejos Quiñones
durante el período que fuera alcalde de Miraflores.
--Desde aquí se puede divisar el
malecón y que se extiende mucho más abajo, bordeando la playa—me explicó un
amable anciano el día que me vio tomando fotografías en una de las tantas
visitas que realicé a territorio peruano.
Sin embargo, tras la historia del puente se esconde otra realidad: por
muchos años se le conoció como el paraíso de los suicidas. Dada su
altura y que el vacío termina en una enorme superficie de asfalto, en una de
las avenidas limeñas más transitadas, quienes creían que la vida no tenía
sentido, decidían saltar desde ese lugar.
Para algunos era el sitio ideal para ver atardecer junto con su cónyuge,
en una de las escenas románticas que generalmente nos hacen evocar buenos momentos
y alimentar lo maravilloso de estar casados; para otros era simplemente el
punto de partida hacia la eternidad, cuando querían terminar sus vidas.
¿Alguna vez pensó en el suicidio?¿Sintió acaso que nada tenía sentido?
Probablemente sí. En su conocido blog el sicólogo español, Fernando Pena Vivero
reconoce que todo ser humano alguna vez ha pensado en suicidarse, y escribe
que: “Está comprobado que a todo el mundo, alguna vez en la vida se nos pasa
por la cabeza algún pensamiento que calificaríamos de “disparatado”. La
diferencia entre las personas “sanas” y las que llegan a padecer un Trastorno
Obsesivo Compulsivo (TOC), es que las primeras son conscientes de que ese
pensamiento disparatado es una tontería, no significa ni que lo piensen
realmente ni mucho menos que vayan a llevarlo a cabo, no le dan la más mínima
importancia. Por el contrario el segundo tipo de personas, si le da importancia
al pensamiento y lo que es peor, le dan credibilidad de forma que
se obsesionan con él pensando que si se les ha pasado por la cabeza algo así
eso quiere decir que lo desean, están de acuerdo y que corre el peligro
de que ejecuten ese pensamiento. Error. Mentira. Enorme
equivocación.”(Publicado en Portalesmedicos.com)
No es ilógico, entonces, que en medio de la desesperación, probablemente
alguna vez salió a caminar sin rumbo fijo, pensando que lo mejor era llegar al
fin de su existencia.
¿Estamos solos en medio de la crisis?
Las
crisis nos golpean a todos los seres humanos. Nadie está exento. Y pueden
afectarnos externamente, por circunstancias ajenas a nuestra voluntad, o
internamente, cuando no sabemos manejar las condiciones difíciles por las que
atravesamos. Pero, ¿acaso estamos solos en medio de la tormenta? Sin duda que no.
El autor y conferencista
norteamericano, John Eldreddge , asegura que siempre procuramos encontrar quién
nos está causando esa situación, e incluso, llegamos a pensar que Dios nos dejó
solos. Las preguntas nos asaltan en todo momento: “¿Nos ha abandonado Dios? ¿No hemos orado lo suficiente?¿Es algo que
aceptamos como “parte de la vida”, lo aguantamos, aún cuando nos rompe el corazón? Después de un
tiempo, la acumulación de hecho tras hecho que nos gustan o no entendemos
corroe nuestra confianza de que somos parte de algo grande y bueno, y nos
reduce a una mentalidad de sobreviviente. Lo sé, lo sé, siempre nos han dicho
que somos importantes para Dios. Y un par de nosotros lo cree. Pero la vida
tiene una forma de ir quitando poco a poco nuestras convicciones, socavar
nuestra firme creencia de que él quiere lo mejor para nosotros…”(John
Eldreddge. “El despertar de los muertos”. Editorial Caribe. 2004. EE.UU. Pg.
10)
Quien trae paz a nuestro mundo interior es el Señor Jesucristo... Él nos hace totalmente libres... |
Los problemas son inevitables,
bien sea que los generemos o que otros los desencadenen sobre nuestra
existencia. ¿Qué debemos hacer? Primero, entender que la vida está matizada por
momentos dulces y ratos amargos; el segundo, que el propósito eterno de Dios es
que vivamos plenamente y, el tercero, que aprendamos a vivir plenamente aun
cuando haya factores que procuren robarnos la paz interior.
Si bien es cierto la adversidad
toca a nuestra puerta, debemos ser conscientes que no estamos solos y que el
Señor Jesús nos acompaña siempre, dispuesto ha ayudarnos. ¿Problemas? Sin duda
los habrá , pero Dios nos concibió con las potencialidades para vencerlos.
Al respecto Eldreddge escribe: “Nos ponemos la armadura al tener una
perspectiva sólida y buena de nuestra situación, al obtener claridad sobre las
batallas de nuestra vida. Las intenciones de Dios para nosotros son vida. Y
esas intenciones reciben oposición. El que está avivado, queda avisado, o como
dice el dicho: Guerra anunciada no mata soldados… Hasta que no aceptamos que la
guerra es el contexto de nuestra vida
diaria, no vamos a entender la vida. Vamos a interpretar mal noventa por ciento
de lo que ocurre a nuestro alrededor. Va a ser muy difícil creer que las
intenciones de Dios para nosotros son la vida abundante; y será aún más difícil
no sentir que de alguna manera nosotros estamos echando a perder esos planes de
Dios. Lo que es peor, vamos a comenzar a aceptar algunas afirmaciones realmente
horribles en cuanto a Dios.”(John Eldreddge. “El despertar de los muertos”.
Editorial Caribe. 2004. EE.UU. Pg. 19)
La victoria nos asiste, no
importa qué momento difícil estemos enfrentando, si tan solo depositamos toda
nuestra confianza en el Señor. Jesucristo es quien pelea nuestras batallas como
capitán invencible, y va delante de nosotros como poderoso gigante.
Dios
nos llama a una viva plena
El llamamiento de Dios es para que disfrutemos la vida a
plenitud. No desea que oscilemos entre la alegría y la tristeza cuando las
dificultades nos asaltan; por el contrario, espera que avancemos siempre en
victoria.
El Señor Jesús lo enseñó
claramente cuando dijo a sus discípulos y a nosotros hoy: “El propósito del ladrón es robar y matar y destruir; mi
propósito es darles una vida plena y abundante.”(Juan
10:10. Nueva Traducción Viviente) Dios quiere para nosotros vida plena, no
amargura y desesperanza, como lo describe el apóstol Pablo: “Pues
hemos muerto y fuimos sepultados con Cristo mediante el bautismo; y tal como
Cristo fue levantado de los muertos por el poder glorioso del Padre, ahora
nosotros también podemos vivir una vida nueva.”(Romanos
6.4. Nueva Traducción Viviente)
Le invito a releer estas
líneas: también podemos vivir una nueva vida. Es esencial que lo comprendamos.
Es una decisión personal seguir sumidos en la desesperanza o por el contrario,
reemprender el curso de una vida con sentido, en la que cada día es motivo de
gozo, aprendiendo algo, alcanzando un nuevo nivel, avanzando hacia la
realización personal.
La decisión de dejarnos
arrastrar por la corriente o sobresalir, dispuestos a alcanzar la victoria, es
nada más que nuestra, como describe el autor y conferencista, John Maxwuell: “Hay dos clases de personas en este mundo:
las que quieren que las cosas se realicen y las que no quieren cometer errores.
Sin embargo, en el terreno humano muchas personas no hacen esa conexión.
Sencillamente esperan tener buenos resultados. La esperanza no es una estrategia.
Si quieres buenos resultados, necesitas realizar buenas acciones. Si deseas
realizar buenas acciones, necesitas tener expectativas positivas. Para tener
expectativas positivas, tienes que creer primero. Todo llega a ese punto.”(John
Maxwell. “El Talento nunca es suficiente”. Editorial Betania. 2001. EE.UU)
Dios quiere darnos vida,
y vida en abundancia. Es una decisión nuestra. Él quiere guiarnos en el camino
como enseña el rey David: “Con razón mi corazón está contento y yo me alegro; mi
cuerpo descansa seguro, porque tú no dejarás mi alma entre los muertos ni
permitirás que tu santo se pudra en la tumba. Me mostrarás el camino de la
vida, me concederás la alegría de tu presencia y el placer de vivir contigo
para siempre.”(Salmo 16:9-11. Nueva Traducción Viviente)
Nuestro amoroso Padre
celestial es quien nos señala “el camino de la vida” y llena de paz y alegría
nuestro corazón. Puede que el día luzca entenebrecido y no se vea el sol por
ninguna parte. Si depositamos en Dios nuestra confianza, Él nos sacará del pozo
de la desesperación y nos llevará a nuevos niveles. La victoria es para
nosotros, no lo olvide jamás.
Y refiriéndome a la paz interior,
tengo una pregunta: ¿Ya recibió a Jesucristo como su Señor y Salvador? Hoy es
el día para que lo haga. Puedo asegurarle que no se arrepentirá porque el Señor
transformará su existencia y le llevará a la victoria, tanto en el propósito de
crecimiento personal como espiritual.
Si tiene alguna inquietud, por
favor, no dude en escribirme a pastorfernandoalexis@gmail.com
o llamarnos al (0057)317-4913704
© Fernando Alexis
Jiménez _ Síganos en www.guerraespiritual.org
Twitter @oraciondepoder
Escúchenos en www.triunfandostereo.org
0 comentarios:
Publicar un comentario
SU OPINIÓN ES VALIOSA PARA NOSOTROS