¿Tiene usted la oportunidad de
recibir el perdón a pesar de sus muchos errores?
Fernando Alexis Jiménez
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jurado promulgó su veredicto: condena a cadena perpetua. Todos guardaron
silencio. El abogado defensor se dejó caer sobre la silla, doblegado por el
peso de la derrota. No tenía ánimo ni siquiera para guardar los documentos que
tenía regados en la mesa.
¿Se ha preguntado si su error es tan grande que no merece el perdón?¿Alguna falla en su vida
le atormenta y no le deja en paz?
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“Lo siento” dijo, sin dirigir
siquiera la mirada a su cliente, una profesional acusada de dar muerte a su
esposo bajo violentas circunstancias. Los hechos ocurrieron cuando lo
sorprendió en infidelidad.
A partir de ese momento los días se tornaron eternos. Las mismas cuatro
paredes, sucias y desconchadas, pobladas con garabatos e inscripciones de todo
género. Caminar los cuatro metros de lado y lado, en una celda que pronto se
convirtió en un infierno.
Nada tenía sentido. No había propósito para existir. Nada podía cambiar
la pena por un sonado incidente que por varios días ocupó las primeras páginas
de los diarios. Y no era para menos, porque
tocó las fibras más sensibles en la sociedad de su país.
“¿Hay perdón para mi vida?” --preguntó
al ministro evangélico que la visitó en la penitenciaría de alta seguridad. --“¿Acaso
Dios puede perdonar a quien –cegado por la ira—provocó una muerte así?”.
La intensidad de sus preguntas era tanta, que no podía entender que –si
se arrepentía y aceptaba el perdón de Cristo en la cruz—podría comenzar una
nueva vida, cargada de esperanza...
La paz del perdón
Como esta mujer, decenas
de personas en todo el mundo. Reconocen la magnitud de sus errores, pero no
admiten la luz de esperanza que se encuentra en el Señor Jesucristo.
El Señor Jesucristo le ofrece una oportunidad nueva, para comenzar... Él le está extendiendo su perdón... ¿Qué espera para perdonarse a sí mismo y a los demás? |
Todos los
seres humanos cometemos errores; unos de una magnitud, otros de otra. Es algo
común. No hay quien diga: “Estoy exento de fallar”. Incluso, el que se crea
infalible, si revisa su existencia, descubrirá que ha incurrido en
equivocaciones que han salido muy costosas, en lo personal y en la relación con
otras personas.
Revise su
propia existencia. ¿Ha cometido errores últimamente? Un interrogante más: ¿Esperó
la comprensión de aquél a quien ofendió, e incluso su perdón?
Si es así,
reconocerá la importancia que tiene el perdón. Nos hace libres. Trae paz a
nuestro mundo interior, pero además ayuda a los demás. La palabra clave es esa:
perdón,
y mejor si la conjugamos: perdonar…
Hay perdón para su vida
Muchas personas cometen
el más grave error de su existencia: No se perdonan a sí mismos. Dios ya les
dio la gracia del perdón, al apreciar su arrepentimiento sincero, pero no
quieren darse una nueva oportunidad: perdonarse.
Consideran
que los dados del mañana giraron en el aire para caer estruendosamente, y
evidenciaron que habían perdido la partida. Tienen la idea que jugaron el juego
de la vida, y fracasaron...
Sin embargo,
todavía hay esperanza. Dios prometió: “Apartándose el impío de su impiedad que hizo, y haciendo
según el derecho y la justicia, hará vivir su alma”(Ezequiel 18:27).
Dios perdona a quien se arrepiente. Le ofrece una nueva oportunidad.
Abre frente a sus ojos las puertas para emprender una nueva vida.
¿Y si los pecados fueren muchos? Dios los perdona gracias a la obra
redentora del Señor Jesús en la cruz.
Ahora, Él nos mira como quien apenas comienza a vivir, con las páginas
limpias de una existencia renovada: “Venid luego,
dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como
la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrá, vendrán
a ser como blanca lana”(Isaías 1:18).
¡Es hora de comenzar una nueva vida...!¡Acójase al perdón de Dios! Es
una oportunidad maravillosa porque nos ofrece la oportunidad de emprender un
nuevo camino, de paz interior y de victoria en la relación con otras personas.
Si desea ser
libre y recibir el perdón divino, el primer paso que debe dar, es recibir a
Jesucristo como su Señor y Salvador. Puedo asegurarle que no se arrepentirá. Es
el mejor paso que podemos dar, y emprender el maravilloso proceso de sanidad
interior y de crecimiento personal y espiritual. Con ayuda de Dios podrá
lograrlo.
Si tiene
alguna inquietud, por favor, no dude en escribirnos a pastorfernandoalexis@gmail.com
o llámenos al (0057) 317-4913705
©
Fernando Alexis Jiménez – Síganos en www.guerraespiritual.org
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