¿Le han traicionado alguna vez sus pensamientos? |
2. Versículo para memorizar:
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”(Filipenses 4:8)
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”(Filipenses 4:8)
3. Reflexión en la Palabra de Dios:
Por Charles Stanley con
aportes de Fernando Alexis Jiménez
Recuerde que, cuando cursaba la
carrera en el Seminario Teológico, un compañero de estudios dejó escapar una
tremenda palabrota, ofensiva, soez a más no poder, cuando trataba de explicar
algo. El docente, Eynardanley Mina, le miró y luego a todos nosotros. Se limitó
a decir: “Apreciado estudiante, parece
que lo traicionó el pensamiento”. Todos reímos, en una mezcla de asombro y
gracia, pero era verdad: Al estudiante lo traicionó lo que llevaba dentro, que
sin duda, estaba permeado por la vulgaridad.
Si no
cuidamos lo que pensamos, nos traicionarán nuestras acciones. Por eso, y como
recomienda el apóstol Pablo, es necesario poner filtro a nuestros pensamientos.
Le invito
a considerar lo que enseña el reverendo Charles Stanley: “El dicho popular: “uno es lo que come”, es un
estímulo para que demos buen alimento a nuestro cuerpo físico. Pero la idea se
aplica también a nuestro bienestar mental. El apetito de la mente se parece
mucho al del estómago, que se acostumbra a la comida que le damos y desea más
de la misma. Pensar en todo lo que es verdadero, amable y justo, desarrolla el
hambre de recibir más de la generosidad de Dios. Pero si ingerimos lo que
nuestra cultura llama excelente, desarrollamos entonces un gusto por eso.
El mundo
ofrece cosas que lucen deliciosas —la TV es un ejemplo. Ciertos creyentes
consideran que no está mal ver un programa que viole los valores bíblicos,
puesto que es “solo un entretenimiento”. Sin embargo, todo lo que nuestra mente
consume determina nuestros conceptos y valores. Dejar que las enseñanzas
incorrectas y las ideas pecaminosas se alojen en nuestro pensamiento, puede
deformar nuestra percepción del bien y el mal.
Si una
idea, acción o actividad no es correcta o digna, es decir, si viola la Palabra
de alguna manera, entonces Dios no está en ella. Y si Dios está ausente,
Satanás está presente. El trabajo del enemigo es apartar nuestro enfoque del
Señor. Después de que el diablo capta la atención de alguien, le sigue
ofreciendo “comida chatarra” para mantenerlo ocupado mientras lo aleja del
Señor.
Hay
muchas cosas que claman por nuestra atención —distracciones, filosofías,
enseñanzas. Y todo lo que no es del Señor, tiene el potencial de contaminar
nuestro sistema de valores. Los creyentes sabios usan el discernimiento y se
deleitan solo con las cosas de Dios.”
Sencillamente
cuide sus pensamientos y recuerde lo que enseña el apóstol Pablo: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es
verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo
lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en
esto pensad.”(Filipenses 4:8)¡Que no
lo traicione el pensamiento!
4. Preguntas
para el crecimiento personal y espiritual:
a. ¿Ha dejado escapar palabras fuertes,
inconscientemente?
b. ¿Reconoce que quizá sembró pensamientos
que no debió?
c. ¿Ha pensado cómo nos perjudican los
pensamientos?
d. ¿Reconoce la necesidad de poner filtro a
sus pensamientos?
e. En adelante someteré mis pensamientos en
manos de Dios
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