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Dios sana las heridas del alma

Si hay heridas en nuestra alma, Dios nos sana

1. Lectura Bíblica: Salmo 42; 147

2. Versículo para memorizar:

“Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas.” (Salmos 147:3) 

3. Reflexión en la Palabra de Dios:

Muchos andan por esta vida con grandes heridas en sus almas, producto de un pasado doloroso.  Lo triste es que no saben que se encuentran sangrando dentro de su ser y necesitan ser sanados internamente de la misma manera que una persona necesita ser sanada de alguna enfermedad física.  La diferencia es que las heridas del alma no se ven.

            La Biblia nos compara a ovejas.  Tal vez me preguntas: ¿qué tiene que ver las heridas del alma con ser una oveja?  Sigue leyendo... 
            Yo conocí a un señor que era pastor de ovejas y me enseño muchas cosas interesantes acerca de ellas, una es,  que son muy indefensas y que también que se ponen en una posición llamada "abatida".     El Salmo 42 habla de tener el alma abatida.    Si tú fuese pastor, sabrías de lo que está hablando.  Esta posición es cuando se caen sobre uno de sus costados y terminan patas arribas.    ¡Las pobrecitas!    No pueden ponerse de nuevo sobre sus patas. 
            La oveja sufre mucho cuando está en esta posición.  Da patadas y se revuelca  tratando de incorporarse.  Da gritos. Sabe que está expuesta al ataque de otro animal.  En su agonía también  comienza a acumular gas en su estómago.  Lo siguiente que sucede es que se le endurece el estómago y le causa asfixia.  Las patas se entumen y en esta condición, la oveja puede morir en cuestión de horas.  Ellas no pueden hacer nada al respecto. 
            Cuando el pastor encuentra a su oveja en esas condiciones lo primero que hace es darles masaje a sus cuatro patas para que tengan circulación nuevamente.  Entonces  con mucho cuidado voltea a la oveja, coloca su mano debajo de la barriga de la oveja y la levanta porque ella no puede.  El continúa sosteniéndola hasta que la oveja comienza a recuperar su  equilibrio y puede estar en pie por sí misma.  La sangre comienza a fluir en las patas nuevamente al poco tiempo, ella  puede estar parada en sus propias patas.  A ese punto el pastor la deja irse.
            ¡Cuántos de nosotros hemos estados en esta posición abatida en nuestras vidas personales! Si tú te encuentras así en este momento, Jesucristo, el Buen Pastor está listo  para rescatarte, ayudarte a recuperar la sanidad y restaurar tu caminar.
            ¡No permitas que los dolores del pasado te mantengan en la posición abatida!  Recuerda lo que dice en Salmos 147:3: “Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas”. Recibe la ayuda que Jesucristo te ofrece y deja que Él te restaure.
            Gracias por las cartas que me envías.  Yo leo toda la correspondencia que recibo y con gran amor siempre oro por ti y por tu familia. 
©  Cary Palmon Tomado del portal  minutofinal.org

4. Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a. ¿Somos conscientes que hay heridas en nuestro mundo interior?
b. ¿Nos afectan todavía esas heridas en el alma?
c. ¿Estamos dispuestos a que Dios trate nuestra vida y nos sane?
d. ¿Qué nos impide entregar nuestras heridas en manos de Dios?
e. Todas las heridas de nuestro mundo interior las entregamos en tus manos


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