Todavía no es el tiempo de renunciar a la oportunidad de una vida plena... |
1. Lectura
Bíblica: Lucas
15:3-7
2.
Versículo para memorizar:
“De la misma
manera, ¡hay más alegría en el cielo por un pecador perdido que se arrepiente y
regresa a Dios que por noventa y nueve justos que no se extraviaron!”(Lucas
15: 7. Nueva Traducción Viviente)
3.
Reflexión en la Palabra de Dios:
Un común denominador
entre quienes desean morir de una vez, porque piensan que sus problemas son más
grandes que sus fuerzas, es que abandonaron a Dios, o tal vez nunca se han
relacionado con él. Y lo más grave que le puede ocurrir a un ser humano es
desprenderse de Su Creador, porque se esfuma toda esperanza y la única tabla de
salvación se pierde en el horizonte.
--Hay días que no duermo, y apenas logro conciliar el sueño, suena el
despertador. No quisiera ir a trabajar, pero debo hacerlo. Mi vida es un
infierno aquí en la tierra--, me dijo una ejecutiva de ventas en la ciudad.
Está pensando seriamente separarse de su esposo y, literalmente no cruza
palabra con sus hijos adolescentes. No se hablan.
Una apesadumbrada mujer
a quien visité en el hospital después de intentar quitarse la vida dos veces,
me dijo: “Mi vida es un desastre; he sido
infiel a mi marido, he usado marihuana, no soy leal a mis amistades, trato mal
a mi marido y no soporto a mis hijos. No merezco vivir…”
Es cierto, tomó algunos
minutos explicarle, y disposición de su parte para comprender el mensaje, pero
terminó por reconocer que Dios la ama y tiene maravillosos planes para ella.
El Señor Jesús lo
explicó en sencillos términos: “Entonces Jesús
les contó la siguiente historia: «Si un hombre tiene cien
ovejas y una de ellas se pierde, ¿qué hará? ¿No dejará las otras noventa y
nueve en el desierto y saldrá a buscar la perdida hasta que la encuentre?
Y,
cuando la encuentre, la cargará con alegría en sus hombros y la llevará a su
casa. Cuando llegue, llamará a sus amigos y vecinos y les dirá: “Alégrense
conmigo porque encontré mi oveja perdida”. De la misma manera,
¡hay más alegría en el cielo por un pecador perdido que se arrepiente y regresa
a Dios que por noventa y nueve justos que no se extraviaron!”(Lucas
15:3-7. Nueva Traducción Viviente)
Dios desea que haga un alto
en el camino. Reflexione: ¿A dónde ha ido su vida? Es el primer y más grande
paso. Es esencial, para que pueda valorar lo que el Señor tiene deparado para
usted.
La autora
norteamericana, Regina Brett, tras una vida de crisis, un día decidió detenerse
y evaluar su existencia: “El día de mi
cumpleaños número 45, me quedé en casa reflexionado sobre lo que la vida me
había enseñado. Mi alma abrió una compuerta y las ideas comenzaron a fluir. Mi
pluma simplemente capturó las ideas y plasmó las ideas en el papel. Yo las pasé
a la computadora y las convertí en una columna sobre 45 lecciones que la vida
me ha enseñado. Mi editor las odio, y también su editor. Yo les pedí de todas
maneas que las publicaran en el diario norteamericano Plain Deaer. Y los lectores
del periódico, en Cleveland, las amaron…” (Regina Brett. “Dios nunca parpadea.
Editorial Planeta. Colombia. 2012. Pg. 18) A partir de ese momento decidió
vivir, pero al máximo, con ayuda de Dios.
Todo parte de hacer un
alto en el camino; el segundo paso es reconocer que tal vez nos encontramos en
un laberinto sin salida, y que nuestras fuerzas llegaron al límite. El tercer y
más revolucionario paso, es pedirle a Jesucristo el Señor que venga y ponga
orden en nuestra existencia. Y Él que está a la puerta, esperando su llamado,
no tarde en entrar. ¡Es algo maravilloso y transformador! Dios hará la mejor
parte en su vida.
Desconozco cuál sea su
situación, pero lo que sí puedo decirle es que Dios puede marcar la diferencia
en su existencia. Dejar impresa en su existencia, una marca indeleble que
define una frontera entre un antes y un después de conocer a
Cristo. ¡Hoy es el día para emprender una nueva vida! No siga sumido en la
muerte física y espiritual. Jesús el Señor le llama y le espera con los brazos
abiertos.
4.
Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a. ¿Cuál es la
perspectiva que tiene de los problemas?
b. ¿Cree que
evaluar los problemas—sus orígenes y consecuencias—le ayuda a mejorar en lo
personal y espiritual?
c. ¿Cómo maneja
sus problemas?
d. ¿Entrega los
problemas en manos de Dios?
e. Hoy es el
día para entregar todos nuestros problemas en manos del Señor.
© Fernando Alexis
Jiménez
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