La Biblia nos ofrece pautas sobre cómo resolver problemas familiares |
1. Base Bíblica: Salmo 139:23, 24
2. Versículo para memorizar:
“Examíname, oh Dios, y conoce mi
corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de
perversidad, Y guíame en el camino eterno.”(Salmo 139:23, 24)
3. Reflexión en la Palabra de Dios:
Si queremos que los problemas se
resuelvan, debe haber disposición de corazón. Tenga presente que es necesario
cerrar el círculo de las ofensas al interior de la familia, aunque nos tome tiempo y esfuerzo, y ligado a esto, cerrar el círculo de las ofensas demanda
compromiso y perseverancia.
El
autor y conferencista, Gary Rosberg escribe: “Se necesita valor para restaurar y reconstruir una relación, sin
importar de qué lado de la ofensa te encuentres. Se necesita paciencia, tiempo,
confianza y, en algunas ocasiones, hasta lágrimas, antes de llegar a un
arreglo..” (Gary y Barbara Rosberg. “Matrimonios a prueba de divorcio”.
Editorial Unilit. EE.UU. 2005. Pg. 102)
Los
conflictos familiares se pueden resolver. Demandan de parte nuestra,
reconocimiento y arrepentimiento por el error cometido, y disponernos a arreglar
las cosas con ayuda de Dios. Permítame insistirle que, no es en nuestras
fuerzas, sino con ayuda del Señor.
Es
imperativo, como enseñan las Escrituras, que hagamos un alto en el camino y nos
evaluemos interiormente con ayuda de nuestro Supremo hacedor: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y
conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en
el camino eterno.”(Salmo 139:23, 24)
Comparto
con usted algunos pasos que le permitirán cerrar eficazmente el ciclo de las
ofensas en la relación de pareja y con los hijos:
a.
Disponer el corazón (Salmo 139:23, 24)
a.1. Humillarnos y orar a
Dios
a.2. Reconocer que quizá no
tenemos la razón (Filipenses 2:3, 5)
a.3. Identifique el error
recurrente en su relación con la familia
a.4. Reconozca que la familia
está por encima del orgullo y arrogancia personal que a veces manejamos en nuestro interactuar
diario
b.
Exprésele a su familia qué le causó el enojo. Dígaselo a la persona que causó
la situación que le molesta
c.
Si usted falló, pida perdón
d.
Dispóngase a hacer concesiones mutuas en el proceso de buscar salidas
concertadas al conflicto
e.
Prepárese para escuchar las razones de su cónyuge o de sus hijos en algo que
les ha causado disgusto (Santiago 1:9)
El
propósito eterno de nuestro amado Dios es que haya entendimiento en el hogar.
Los conflictos, las heridas emocionales, el dejarnos de hablar con el cónyuge o
castigar a los hijos de una manera irrazonable, jamás han estado ni estarán ene
l plan de Dios.
Sobre
esa base podemos afirmar que el Señor desea ayudarnos en el proceso de resolver
los conflictos. Recuerde que el primer lugar debe ocuparlo Él. Si lo hacemos,
Él nos asegura la victoria y nuestra realización familiar será plena.
Hoy
es el día para que haga el alto en el camino que tanto requiere. Evalúe en qué
ha fallado. Identifique cuáles son los problemas recurrentes. Y dispóngase a
resolverlos. Con ayuda de Dios podrá lograrlo, no le quepa la menor duda.
Si
no ha recibido a Cristo en su corazón como su único y suficiente Salvador, hoy
es el día para que lo haga. Puedo asegurarle que no se arrepentirá. Si tiene
alguna inquietud, no dude en escribirnos a webestudiosbiblicos@gmail.com o llámenos al (0057)317-4913705
© Fernando
Alexis Jiménez
4. Preguntas para la discusión en grupo:
a. Si deseamos encontrar
salidas a los conflictos, ¿por qué es necesario pedir perdón?
b. ¿Cómo nos perjudican en
la relación familiar el orgullo y la arrogancia?
c. ¿Ha dado pasos concretos
para resolver los conflictos familiares?
d. Se sintió desmotivado
porque no aceptaron su petición de perdón por los errores cometidos?
e. Con ayuda de Dios no
permitiré que los problemas tomen ventaja en la familia
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