Cuando oramos, obtenemos poder de Dios para vencer |
1.
Lectura Bíblica:
Zacarías
4.1-14
2.
Versículo para memorizar:
“Entonces
me dijo: —El Señor dice a Zorobabel: “No es por el
poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu, dice el Señor
de los Ejércitos Celestiales. “( (Zacarías
4:6. NTV)
3.
Reflexión en la Palabra de Dios:
Por Charles Stanley con aportes de Fernando Alexis Jiménez
En la visión que Dios le dio a Zacarías, la
montaña es una ilustración de barrera u obstáculo. Podríamos preguntarnos qué
puede enseñarnos hoy la extraña visión del profeta. Puede leerla en Zacarías
4:1-14. Tome un tiempo y medite en ese texto.
Zorobabel, líder de
Judá, y un grupo de 50.000 cautivos habían sido liberados por los babilonios
para que volvieran a Jerusalén. Allí, comenzaron a reconstruir los muros del
templo, pero fueron atacados por vecinos hostiles. Como resultado, el pueblo de
Dios se desanimó y estuvo a punto de darse por vencido.
En el v. 6, Dios le recordó a Zorobabel por
medio de Zacarías, que el avance no era “con
ejército, ni con fuerza, sino con [su] Espíritu”. Le invito para que lo
leamos de nuevo: “Entonces me
dijo: —El Señor dice a Zorobabel: “No es por el
poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu, dice el Señor
de los Ejércitos Celestiales. “(Zacarías 4:6. NTV)
En otras palabras,
cuando Dios nos llama a una tarea, Él mismo asume la responsabilidad de quitar
los obstáculos. El Señor pregunta después: “¿Quién
eres tú, oh gran monte?” Nada más que una llanura quedaría después que Él
actuara por medio de Zorobabel.
Dios nunca ha querido
que emprendamos tareas insuperables. Por eso debemos confiar en el poder del
Espíritu Santo que habita en nosotros. Somos como el candelabro (v. 2) que
debía mantenerse ardiendo en el templo todo el tiempo.
En la visión de
Zacarías, los olivos a cada lado del candelabro estaban derramando aceite
directamente en su depósito, sin ninguna ayuda de los sacerdotes (v. 12). Al
igual que esos olivos, el Espíritu Santo era la promesa de ayuda continua de
Dios al pueblo desalentado.
Nosotros, también,
podemos tener la confianza de que el Señor derrama su Espíritu en nuestras
vidas para que nos ayude cuando estemos frente a las “montañas” de la vida.
¿Obstáculos? Todos los
tenemos, pero si nos movemos ene l poder del Espíritu Santo, estamos llamados a
vencer las barreras y, además, experimentar crecimiento personal y espiritual,
el que tanto anhelamos.
Si no ha recibido a
Jesucristo en su corazón, hoy es el día para que lo haga. Puedo asegurarle que
no se arrepentirá. Prendidos de la mano de Jesucristo llegamos siempre a nuevos
niveles de crecimiento personal y espiritual. Ábrale hoy las puertas de su
corazón a Jesucristo. No se arrepentirá.
Si desea escribirnos con
alguna inquietud puede hacerlo a webestudiosbiblicos@gmail.com
o llamarnos al (0057)317-4913705
4.
Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a. ¿Ha sido lleno del
Espíritu Santo?
b. ¿Anhela la llenura del
Espíritu Santo?
c. ¿Pone usted
impedimentos a la llenura del Espíritu Santo?
d. ¿Ha identificado qué
barreras le pone al Espíritu Santo?
e. En adelante procuraré
crecer cada día más en Dios, para ser lleno de Su Presencia poderosa
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