Dios nos llama a reconocer los errores que cometemos en la relación familiar |
1. Base Bíblica: Proverbios 9:12; Santiago 1:9;
2. Versículo para memorizar:
“Si fueres sabio, para ti lo serás; y si fueres escarnecedor, pagarás tú
solo.”(Proverbios 9:12)
3. Reflexión en la Palabra de Dios:
Los problemas son inevitables en
la relación familiar. Pueden surgir en la cotidianidad, con la pareja, o quizá
con los hijos. Saltan al paso cuando menos lo esperamos. Puede ser un gesto,
una palabra, una reacción que tomó por sorpresa a la otra persona y le llevó a
reaccionar. Y ahí está el disgusto.
El
asunto complejo estriba en que las contradicciones que tienen lugar en la
familia, pueden seguir una ruta que tiende a tornarse repetitiva y deja mucho
daño a su paso: disgusto-herida emocional-enojo-disgusto-herida emocional. Si
no lo detenemos a tiempo, la situación se tornará gigante.
Frente
a esta realidad, caben dos posibilidades: la primera, evaluar el conflicto familiar procurando
resolverlo. Hay una segunda alternativa y es pretender que los problemas se
resuelven solos y dar lugar a que el conflicto se dimensione.
El
afamado autor Gary Rosberg escribe: “Cuando
los círculos se dejan abiertos, los conflictos se acumulan y se apilan unos
tras otros. El enoje acude. El lazo matrimonial se tensa. La amargura pesa en
el corazón. Y dos personas que una vez estuvieron muy merca una de la otra, y
muy conectados, llegan al nivel de rechazo mutuo cada vez más.” (Gary y Barbara
Rosberg. “Matrimonios a prueba de divorcio”. Editorial Unilit. EE.UU. 2005. Pg.
100)
¿Qué
actitudes causan heridas emocionales en los componentes de la familia? La
apatía, la indiferencia, la falta de amor, el mal trato. En ese orden de ideas
reviste particular importancia ser cuidadosos del trato que impartimos al
cónyuge y a los hijos. No podemos olvidar que una herida emocional puede
persistir por mucho tiempo.
Los
problemas, lo tenemos claro, son inevitables en muchos de los casos y si bien
es cierto, surgen cuando menos los esperamos, podemos darle un apropiado
manejo.
Hay un texto enriquecedor que
encontramos en las Escrituras, y que aplica apropiadamente a la relación
familiar. Lo escribió el rey Salomón y dice: “Si fueres sabio, para ti lo serás;
y si fueres escarnecedor,
pagarás tú solo.”(Proverbios 9:12) Sabiduría es
aprender a manejar los hechos conflictivos.
Podemos
ser sensatos, en cuyo caso procuraremos resolver la situación, o tozudos, que
daría lugar a esperar que el problema siga su propio curso. Jamás se resolverá,
de eso puede estar seguro. Los conflictos familiares es necesario encararlos.
La
única posibilidad de cerrar el ciclo de las heridas al interior de la relación
familiar, es mediante el perdón (Cf. Mateo 18:21, 22) Debe entrar a operar el amor perdonador, el que todos los seres
humanos tenemos la potencialidad para desarrollar con ayuda de Dios.
Si
no ha recibido a Jesucristo como Señor y Salvador, hoy es el día para que lo
haga. Puedo asegurarle que no se arrepentirá porque ayudados por Jesús
emprendemos el crecimiento personal y espiritual que anhelamos. Si tiene alguna
inquietud, escríbanos a webestudiosbiblicos@gmail.com
o llámenos al (0057)317-4913705
4. Preguntas para la discusión en grupo:
a. ¿Qué posibilidades hay
de resolver los conflictos al interior de la familia?
b. ¿Por qué se habla de ciclos
cuando abordamos el tema de los conflictos familiares?
c. ¿Qué nos enseña
Proverbios 9:12) aplicado a los conflictos familiares?
d. ¿Por qué cerrar el ciclo
de las ofensas y heridas en la relación familiar puede tomar tiempo?
e. Dios me ayudará a
resolver los conflictos de casa, y en Él confiaré
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