Que la adversidad no le robe la fe
y la esperanza
Fernando Alexis Jiménez
U
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n momento emotivo.
Millares de personas lo presenciaron. Aún hoy, infinidad de hombres y mujeres
comparten los registros electrónicos de la conferencia. “Algo memorable”, dijo Luisa
María cuando le entregó a su mejor amiga una copia en DVD: “Lo disfrutarás y cambiará tu perspectiva de
la vida”.
El propósito de Dios para nuestras vidas es que
conservemos el optimosmo a pesar de
las adversidades...
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La joven
llegó a casa y, antes que ocuparse en otros menesteres, se dirigió a su estudio
para abrir el archivo. La figura le parecía conocida. Segundos después recordó
que era Christopher Reeve, el famoso actor estadounidense que encarnó a Superman.
Aun cuando se
encontraba en una silla de ruedas y lucía visiblemente deteriorada, demostraba
una actitud entusiasta frente a la vida. En unas cuantas palabras, con un poder
de síntesis admirable, el artista hablaba con humor sobre cómo superar las
dificultades y la importancia de asumir
una actitud positiva ante los problemas.
Estaba paralizado,
no podía respirar bien sino con ayuda de un equipo mecánico; pese a ellos,
conservaba el optimismo y la convicción de que era necesario aprovechar cada
instante de vida.
Esa fue su última y
más emblemática intervención en público. “Nos
reta a una existencia diferente, con fe”, aseguro Patty Anderson, una de
las asistentes al entregar—al final del evento—sus apreciaciones.
Christopher Reeve
partió a la eternidad poco después, invadido por una enorme paz interior de la
que fueron testigos sus familiares y círculo de amistades más cercanas.
La capacidad de levantarse y reemprender el camino
¿Cómo se explica que personas con problemas logren sobreponerse encontrar siempre el lado
positivo a cada circunstancia? Los especialistas lo denominan resiliencia. No es otra cosa que la capacidad de
sobreponerse y salir fortalecido de traumas fuertes, situaciones que nos llevan
al límite de las fuerzas y salir airosos
tras largos periodos de dolor.
En criterio de
quienes han estudiado esta capacidad que desarrolla el ser humano, quienes la interiorizan y tornan vivencial,
no se llenan de amargura sino que avanzan confiados por encima de los
obstáculos; incluso, hay quienes afirman que ellos ven retos y oportunidades en
lo que millares consideran problemas sin solución.
Pero, ¿se nace con
esa capacidad? El siquiatra, Mauricio Aponte,
cita algunos estudios según los cuales se puede aprender, pero en
esencia, se trata de una "actitud
frente a la vida y la forma como nos
adaptamos a nuestro entorno, por difícil que parezca, y nos sobreponemos a los
problemas”.
No podemos permitir que las condiciones
adversas nos roben la paz de la que Dios quiere
que gocemos...
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Otros especialistas
coinciden en señalar que la infancia es
clave, pues en ella se construye la fortaleza que nos permite superar los
inconvenientes más adelante.
Para Rebecca
Elliott, psicóloga de la Universidad de Manchester (Reino Unido), existe una escala
en la que, en un extremo, hay personas muy vulnerables que, enfrentadas a
situaciones poco estresantes, desarrollan fácilmente problemas de salud mental,
mientras que en el lado opuesto se encuentran
quienes han tenido experiencias terribles y, sin embargo, permanecen
positivos y optimistas. La mayoría de nosotros, asegura la doctora Elliott,
está en la mitad de esa línea.
Alguien es menos
resiliente si las experiencias de la
infancia le enseñaron a frustrarse y no aprendió a superarlas. No se
trata de vivir en un mundo sin problemas y sin fracasos, porque esa burbuja
explota en cualquier momento, sino de aprender que la vida es una lucha
permanente, de la que siempre salen cosas buenas aunque a primera vista
parezcan muy complicadas.
Principio, entonces
que debemos asimilar y poner en práctica: enseñar a nuestros hijos que no todo
en la vida es color de rosa. Prepararlos para enfrentar las dificultades de la
cotidianidad, con una actitud confiada, de fe.
Dios quiere para nosotros la paz interior
La capacidad de
sobreponernos a las dificultades y asumir una actitud optimista, fundamentada
en la fe, parte de cambiar nuestra perspectiva de cómo apreciamos el mundo que
nos rodea.
El apóstol
Pablo, escribiendo a los creyentes de Filipos—sometidos a duras y adversas
circunstancias—escribió un pasaje que aplica a nuestra realidad:
“Por nada
estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de
gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de
Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras
mentes en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo
lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay
alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad.”(Filipenses 4:6-8. La
Biblia de Las Américas)
En el griego
original, afanosos proviene del término merimnao que vertido al
español sería “preocupados, teniendo
cuidado de…” Deducimos entonces que el propósito de nuestro amoroso Padre
celestial es que no andemos preocupados, sino que llevemos a Su presencia todo
lo que nos roba la tranquilidad. Se produce entonces descanso, que el versículo
7 señala como paz de Dios. La traducción a nuestro idioma sería “prosperidad de Dios”. Es decir, avanzar
cada vez mejor.
Si Dios
controla las circunstancias, enseña la Biblia—el libro de los triunfadores—que
Dios guardará nuestro entendimiento (Gr. Nóus), es decir nuestro “intelecto, voluntad, pensamientos” y
guardará—es decir—pondrá cerco alrededor de nuestra mente—como vierte el
término del griego al español—para protegernos, y que haya armonía y paz
interior.
Es un
concepto revolucionario porque nos habla del propósito eterno de Dios: que
tengamos paz en nuestro mundo interior, y que las dificultades no nos roben la
tranquilidad. Equilibrio en medio de la adversidad. Resiliencia, si lo miramos desde la perspectiva sicológica hoy.
Lo que desea
el Señor es que usted sea guardado en paz, que no pierda esa tranquilidad que
nos permite avanzar por encima de los obstáculos. ¡Cambie su perspectiva de la
vida, confíe en Dios, y todo alrededor cambiará!
A propósito,
¿Ya recibió a Jesucristo como Señor y Salvador? No podría instruir a sus hijos
en principios y valores cristianos que les libren de los peligros de las drogas
y el alcoholismo, si usted mismo no conoce a ese Cristo de poder. Basta que le
abramos las puertas de nuestro corazón y todo nuestro entorno cambiará. ¡Hoy es
el día para tomar esa decisión!
Si tiene alguna
inquietud, no dude en escribirnos a webestudiosbiblicos@gmail.com o llamarnos al (0057)317-4913705
©
Fernando Alexis Jiménez
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