Cinco
fundamentos para un matrimonio sólido
Fernando Alexis Jiménez
U
|
na de las mejores viviendas que conocí en la ciudad de Trujillo, en el
norte del Perú, se construyó en la periferia, en los linderos de una invasión.
La casa diseñada con un toque arquitectónico moderno, era amplia, con una
presentación llamativa, y de paso contrastaba con las casuchas que estaban a
pocos metros.
Hay algo más... Una familia sólida en la
que podemos ser felices...
|
Lo curioso es que tiempo después, en un segundo viaje que hice a esa
hermosa y creciente población, me enteré que la estructura cedió a la humedad
que caracterizaba el terreno circundante. ¿La razón? No tenía cimientos
sólidos. Progresivamente se fue inclinando hacia un costado, hasta que terminó
por caer.
Igual con muchos matrimonios. Son fachadas. Su comienzo quizá resulta promisorio.
Un noviazgo de telenovela que concluye en el altar, pero meses después cuando
surgen las primeras dificultades, la primera palabra que pronuncian los
cónyuges es “Divorciémonos”, como si
fuera tan fácil. Generalmente los hijos terminan llevando la peor parte en la
ruptura matrimonial.
¿Esto debería ser así? En absoluto, porque el plan de Dios es que
tengamos familias sólidas, sanas, en las que mutuamente nos edifiquemos y no
como ocurre actualmente y que reseña el consejero cristiano, Gary Smalley: “La tendencia en muchos países es a que el
50% de los matrimonios termine en separación”
Cuidado
para la familia
Probablemente conoce un hogar en crisis o su propia relación conyugal o
con los hijos atraviesa por un mal momento. Si es así, le invito a considerar
algunos elementos que le permitirá encontrar la salida a la encrucijada.
Reconozca
los errores
El primer y más grande paso para superar una crisis en el matrimonio, es
reconocer nuestras fallas. No podemos ampararnos en que tenemos la razón, porque esa demostración de orgullo sin duda nos
llevará a agudizar el problema.
Identificar en qué estamos fallando y aplicar pequeños correctivos,
fundamenta un cambio profundo. No olvide que los pequeños cambios marcan la
gran diferencia en el matrimonio, aspecto que resalta el autor y conferencista,
Gary Smalley: “Casi todos podemos hacer
pequeños ajustes si creemos que lograremos así diferencias positivas
permanentes. Si usted cambia el curso cuando se le hace una advertencia, podrá
evitar el desastre, y luego disfrutar de la travesía. Es el secreto mejor
guardado del Titanic. Si sintonizamos nuestros ojos y nuestros oídos a las
advertencias, podemos cambiar mucho más que nuestras expectativas de vida.”(Gary
Smalley. “Para que el amor no se apague”. Editorial Betania. EE.UU. 1996. Pg.
17)
Un esposo o esposa, en su condición de cónyuge y padre o madre de
familia, puede ser parte fundamental en el proceso de salvar el matrimonio y el
hogar.
Es una decisión personal; nadie la tomará por usted. Sólo usted y nadie
más que usted es quien decide traer cambios, a partir de reconocer errores y disponerse
a cambiar, como explican reconocidos consejeros de familia: “Aún pequeños cambios en su conducta pueden
llevarle a cambios mayores en su vida, a
pesar de su pasado y sin importar a través de cuánto haya pasado. De acuerdo
con una investigación sobre los factores determinantes que mantienen a una
pareja felizmente casada, pequeños cambios personales pueden tener enormes
efectos positivos en su matrimonio”(Clifford Notarius y Howard Markman. “Nosotros
podemos resolverlo”. Editorial Putman. EE.UU. 1993. Pg. 29)
Su familia es muy importante y lo que quizá considere un gran esfuerzo,
cambiar, le permitirá recobrar el sentido de la existencia y hallar armonía en
su mundo interior pero también en las relaciones intrafamiliares.
Con ayuda del Señor Jesucristo
podemos construir familias sólidas,
sanas y felices...
|
La familia
debe comprometer todos nuestros esfuerzos. No hay sacrificio, por pequeño que
parezca, que no valga la pena en el propósito de edificar una familia sólida.
¿Cuánto está dando de su vida y de su tiempo para edificar un hogar sólido? Una
respuesta sincera a este interrogante lo pondrá en un punto de equilibrio,
necesario para identificar errores y emprender cambios significativos, que
trascienden en el tiempo.
El apóstol
Pablo escribió a su fiel discípulo Timoteo, una pauta que debía compartir con
otros creyentes del primer siglo y que cobra particular vigencia para nuestro
tiempo: “Aquellos que se niegan a cuidar de sus familiares,
especialmente los de su propia casa, han negado la fe verdadera y son peores
que los incrédulos.”(1 Timoteo 5:8. Nueva Traducción
Viviente)
Cuidado
implica una integralidad: en lo físico, en lo emocional, en lo espiritual y,
por supuesto, en lo material.
¿Qué advierte
Pablo? Que una forma de testimoniar que Cristo está haciendo algo en nuestro
ser, es permitiendo que haya transformación en nuestro ser pero también, en las
relaciones al interior de la familia.
Afianzando los cimientos en la familia
Es necesario
entonces, que haya compromiso como vimos en el primer fundamento. El segundo elemento es
tiempo de calidad. En la Escritura leemos que es necesario vivir “Aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.”(Efesios
5:16)
Cada
instante es valioso en el proceso de afianzar las relaciones familiares. Un
minuto que desperdiciamos al margen de nuestra familia, mañana lo añoraremos.
Es hoy, ahora, cuando debemos imprimir un cambio en el trato con el cónyuge y
con los hijos. Y el paso de mayor significación es dedicares tiempo.
Un
consejero matrimonial al que consulte durante la preparación de este estudio,
insistió: “El tiempo es un bien precioso
que todos tenemos pero al tiempo muy escaso; por ese motivo el tiempo que dedique a los
tuyos mostrara el compromiso que tiene con ellos. El tiempo es como el aire que hace
falta un mínimo para vivir, y la familia sin tiempo para los suyos se acaba
ahogando”.
El
tercer principio que traerá cambios a su hogar, es disponer nuestro corazón para encontrar soluciones.
Una
joven esposa con quien hablé se quejaba de que su marido pasaba los domingos en
la tarde viendo el fútbol. “Ni siquiera
se da cuenta de qué color tengo el vestido”, se lamentaba. Eso la sacaba de
casillas y, generalmente, los fines de semana y particularmente los domingos,
se anticipaba una tremenda discusión.
Su
esposo, por su parte, se defendió: “Carolina
se sale de casillas rápidamente. Aun cuando le pido que se calme, se deja
arrastrar por la histeria”, me dijo.
Examinamos
la importancia de aplicar el principio bíblico que dice: “Por
esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar,
tardo para airarse…” (Santiago 1:19)
El
asunto es que, cuando dimensionamos las pequeñas cosas y permitimos que la ira
nos embargue, terminamos ofendiendo con palabras y con hechos; ésas reacciones
airadas terminan minando la relación.
El
cuarto fundamento para una familia sólida es crecer en el amor. Por favor, tome
nota: el amor no es algo que brota de la noche a la mañana. Por ese motivo
cuestiono a quienes en cuestión de meses desean casarse y argumentan que “Me enamoré a primera vista”. Es un
error, el amor se construye día a día, momento a momento.
El
apóstol Pablo escribió: “…sino que siguiendo la verdad en
amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo… “(Efesios
4:15)
Dispóngase
a amar a su cónyuge y a sus hijos; puedo asegurarle que el ambiente en su hogar
cambiará radicalmente.
El
quinto y último principio es: concédale a
Dios el primer lugar en su matrimonio. Si nuestro amado Salvador Jesucristo
tiene un lugar relevante en la relación de pareja y en el trato que mantenemos
con nuestros hijos, puedo asegurarle que su familia será sólida y ninguna
circunstancia adversa les moverá los cimientos. El apóstol pablo señala que “Crezcamos
en todo aquél que es la cabeza, esto es Cristo”. Es
nuestro amado Redentor quien debe reinar en nuestro matrimonio. Puedo decirle,
sin temor a equivocarme, que todo será diferente y los lazos de amor se harán
cada vez más sólidos.
Una pregunta
final, tras compartir estos principios de éxito para su familia: ¿Ya recibió a
Jesucristo en su corazón? Puedo decirle que jamás se arrepentirá de esta
decisión, porque es la más oportuna que jamás haya tomado. Cristo traerá cambio
a su vida y le permitirá emprender el crecimiento personal y espiritual que
tanto ha anhelado. Hoy es el día para que le reciba en su corazón.
Si tiene
alguna inquietud, por favor, no dude en escribirme a pastorfernandoalexis@gmail.com
o llamarnos al (0057)317-4913705.
© Fernando Alexis Jiménez
Twitter
@oraciondepoder
No olvide leer nuestro
material en www.guerraespiritual.org así
como escucharnos en www.triunfandostereo.org Ah, y
si desea leer más temas sobre la familia, HAGA CLIC AQUÍ.
0 comentarios:
Publicar un comentario
SU OPINIÓN ES VALIOSA PARA NOSOTROS