¿Está cansado de una vida sin propósito? Hoy es el día suyo |
1. Lectura Bíblica: Lucas 11:34-36
2. Versículo para memorizar:
“Tu ojo es una
lámpara que da luz a tu cuerpo. Cuando tu ojo es bueno, todo tu cuerpo está
lleno de luz; pero cuando tu ojo es malo, tu cuerpo está lleno de oscuridad. Asegúrate
de que la luz que crees tener no sea en realidad oscuridad. Si estás lleno de
luz, sin rincones oscuros, entonces toda tu vida será radiante, como si un
reflector te llenara con su luz».”(Lucas 11:34-36)
3. Reflexión en la Palabra de Dios:
Recientemente en una
librería a la que fui en el intermedio del almuerzo, pude ver decenas de libros
de motivación y auto crecimiento. Uno de los auxiliares del negocio se me
acercó: “Si no le gustan estos títulos,
en dos días llegan más. Los libros de motivación son los que más se venden.”,
me dijo sonriendo.
En efecto, los libros de
motivación al crecimiento, muchos de ellos fundamentados en filosofías
orientales, son los que mayor demanda tienen entre los lectores del todo el
mundo.
Las personas desean
experimentar transformación, pero lamentablemente en sus fuerzas no lo logran.
Posiblemente un día o dos logran un avance, pero pasado un tiempo, vuelven a lo
mismo.
Es necesario que se
produzca una transformación en nuestro mundo interior que sólo Dios puede
lograr, como enseñó el Señor Jesús: “Tu ojo es una lámpara que da luz a tu cuerpo. Cuando tu ojo es bueno,
todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es malo, tu cuerpo está
lleno de oscuridad. Asegúrate de que la luz que crees tener no sea en realidad
oscuridad. Si estás lleno de luz, sin rincones oscuros, entonces toda tu vida
será radiante, como si un reflector te llenara con su luz».”(Lucas 11:34-36)
La transformación en
nuestra forma de pensar y de actuar, no solo es necesaria sino que se puede
lograr. Usted puede emprender junto con todos los miembros de su familia, ese
maravilloso camino hacia el crecimiento personal y espiritual.
Todos, léalo bien, todos
los miembros de su familia podrán ser transformados. El proceso comienza con
nosotros los padres. Una vez ese cambia impacta la relación de pareja, será
transferido—impactará—a nuestros hijos. Si Dios es quien gobierna nuestro
hogar, el cambio y crecimiento será real, será duradero.
En ese proceso es
necesario que re-programemos los paradigmas que hemos aprendido. Que sembremos en
nuestro ser nuevos principios y valores, que aprendemos en el libro de los
triunfadores que es la Biblia.
Recuerde, debe
producirse una transformación en su mundo interior, que se hará manifiesto en
su forma de pensar y de actuar. No es en sus fuerzas, sino con el poder de
Dios. Por ese es esencial que permita a Cristo morar en su corazón. Hoy es el
día para hacerlo.
4. Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a. ¿Deseo cambiar?
b. ¿He dado pasos para experimentar cambios en mi
vida?
c. ¿Estoy dispuesto a dejar que Dios obre en mi
vida?
d. ¿Reconozco en qué áreas debo cambiar?
e. En adelante, identificaré en qué áreas debo
cambiar y avanzaré en ese cambio para honrar a Dios
3. Oración familiar:
“Amado
Dios y Padre celestial gracias por este nuevo día que nos regalas. Deseamos
disfrutarlo, como familia, en toda plenitud. Bendecimos tu nombre porque eres
un Padre maravilloso, que nos ama y desea para nosotros, lo mejor de lo mejor. Ayúdanos
en el proceso de cambio. Anhelamos ser diferentes. Y Sabemos que, con tu divina
ayuda, cada uno de los componentes de la familia vamos a cambiar y crecer. En
tus manos sometemos todo cuanto vamos a hacer hoy. Amén”
© Fernando Alexis
Jiménez
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