Dios creó la familia para que disfrutemos vivir en ella |
1. Lectura
Bíblica: Salmo
127:1-5
2. Versículo
para memorizar:
“Si el Señor no construye la casa, el
trabajo de los constructores es una pérdida de tiempo. Si el Señor
no protege la ciudad, protegerla con guardias no sirve para nada.”(Salmo 127:1. Nueva Traducción Viviente)
3. Reflexión en la Palabra de Dios:
¿Qué
hacer en medio de la debacle por la que pareciera estar atravesando a familia
en el mundo entero? Los jóvenes parece que se salieron de las manos de los
padres. No solo es la drogadicción o quizá la promiscuidad, también lo es la
violencia juvenil.
En
el Congreso Internacional sobre Soluciones Integrales para la Prevención del
Delito y la Violencia, celebrado en Cali en Junio de 2013, Ron Slaby,
catedrático de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, lanzó una
voz de alarma a decir que no es con medidas represivas que se supera la
delincuencia juvenil, sino sembrando principios y fundamentos en la familia y
en la escuela. “No hay otra opción que
educar a la niñez, la adolescencia y la juventud en casa”, dijo ante
decenas de participantes en el evento.
Todos somos conscientes
que los cimientos de la familia parecieran estar desmoronándose y la amenaza
avanza a pasos agigantados. Ahora, nos podemos preguntar: ¿Hay una salida? Sin
duda que sí.
La
familia está en crisis y seguirá así, hasta tanto le demos el primer lugar a
Dios. No importa cuánto daño encontramos en la célula del hogar, si le abrimos
las puertas al Señor, Él comenzará a obrar poderosamente para restaurar lo que
está dañado (Cf. Salmo 37:5)
¿De
dónde sale esta enseñanza? La descubrimos cuando vamos al libro más maravilloso
de toda la historia humana, la Biblia, donde encontramos respuestas a nuestros
problemas: “Si el Señor no construye la casa, el trabajo de los constructores es
una pérdida de tiempo. Si el Señor no protege la ciudad, protegerla
con guardias no sirve para nada. Es inútil que te esfuerces tanto, desde la
mañana temprano hasta tarde en la noche, y te preocupes por conseguir alimento;
porque Dios da descanso a sus amados.”(Salmo 127:1, 2. Nueva Traducción Viviente)
Dios
nos ama y desea lo mejor para nosotros. Y si Él es quien guía nuestro camino,
no hay obstáculo por grande que parezca, que no podamos vencer. Jamás olvide
que fuimos llamados a construir hogares sólidos, pero no en nuestras fuerzas
sino en las de Señor Jesús, nuestro Salvador y ayudador.
Los hijos son una
bendición de Dios. No son una carga ni otra responsabilidad que nos surge al
paso. Son una bendición. Así lo enseña la Biblia: “Los
hijos son un regalo del Señor; son una recompensa de su
parte. Los hijos que le nacen a un hombre joven son como flechas en manos de un
guerrero. ¡Qué feliz es el hombre que tiene su aljaba llena de ellos. No pasará
vergüenza cuando enfrente a sus acusadores en las puertas de la ciudad.”(Salmo
127:3-5. Nueva Traducción Viviente)
Alguien decía que no es
fácil ser padres de familia, sobre todo porque en la Universidad no nos enseñan
a ser buenos progenitores. Es algo que aprendemos en la práctica. Pero, ¿es esto
así? Sin duda que no.
Cuando le damos a Dios
el primer lugar, Él nos guiará para dar solidez en la relación con los hijos.
Por supuesto, cometemos muchos errores, pero nuestro amado Dios nos concede
sabiduría para saber decir y hacer las cosas en el momento oportuno, en la
circunstancia indicada.
Todo puede ser diferente
si Dios reina en nuestra familia. Es la fuente del poder transformador que nos
lleva a vivir días buenos, de victoria. Le animo para que considere que sí hay
salida al laberinto. Está en el Señor. Puedo asegurarle que no se arrepentirá
si decide abrirle las puertas de su casa. Él nos ayuda en las relaciones, de pareja,
pero también como padres.
4. Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a. ¿Qué lugar ocupa hoy
Dios en su familia?
b. ¿Entregamos en manos de
Dios el manejo de nuestra familia?
c. ¿Llevamos a considerar
calmadamente los problemas de familia o preferimos eludirlos?
d. Una meta: entregar
nuestra familia en manos de Dios:
©
Fernando Alexis Jiménez
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