Dios es nuestro amoroso Padre y proveedor |
1. Lectura
Bíblica: Salmo 103; Mateo 9.27-29;
Marcos 1.41
2. Versículo
para memorizar:
“Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que
necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que
ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda
actuar a través de mí.”(2 Corintios 12:9. Nueva Traducción Viviente)
3. Reflexión en
la Palabra de Dios:
Por Charles Stanley con aportes de Fernando Alexis Jiménez
N
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o puedo negar, era un empresario relativamente joven,
brillante y entusiasta. Y digo que no puedo negarlo porque cuando hablamos,
parecía un anciano. Sendas arrugas surcaban su rostro y el andar, algo cansado,
revelaba a un hombre que sobre sus hombros llevaba una pesada carga.
Pero lo
que más dolor le causó, fue el tener que aceptar que—muy a su manera—su padre
lo había amado. Jamás les faltó nada y fue el viejo quien, haciendo esfuerzos,
le dio estudio. Ahora, además de profesional, era directivo empresarial gracias
a que su padre le acompañó siempre, proveyéndole.
¿Ha
pensado alguna vez que para nosotros, al hablar de ser bendecidos no imaginamos
otra cosa que prosperidad económica. Y muchos de quienes no la reciben, se
quejan de Dios. La imagen que tienen es de un padre terrenal, y no del Padre
celestial, que no solo es perfecto, nos ama, sino que además: siempre nos
bendice.
Al
respecto, el reverendo Charles Stanley, escribe: “Normalmente pensamos en la
bondad de Dios en términos de las bendiciones tangibles que recibimos,
y de los sucesos placenteros. Aunque
todas estos son expresiones de la bondad divina, no debemos interpretar el amor
de Dios solamente por cómo Él lo demuestra en circunstancias positivas.
Muchas veces experimentamos su
bondad en nuestras horas más oscuras cuando se revela como bueno de maneras que
solo Él puede hacerlo, como leemos en las Escrituras: “Cada vez él
me dijo: «Mi gracia es
todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que
ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda
actuar a través de mí.”(2 Corintios 12:9. Nueva Traducción Viviente)
Una forma de expresarnos su bondad es por medio su -la
tierna compasión.
En la Biblia, la misericordia suele
mencionarse en el contexto de la preocupación de Dios por los que sufren y
tienen algún tipo de necesidad. Constantemente vemos a Jesús lleno de compasión
y ministrando, gracias a esta misericordia (Marcos 1.41). Él sanó a muchos que
clamaban a Dios por misericordia, porque reconocían su necesidad (Mateo 9.27-29).
Recordemos
que no fue ningún santurrón fariseo el que fue bendecido, sino el publicano
pecador que comprendía que no merecía el favor de Dios, y que imploró
misericordia (Lc 18.9-14). En respuesta a nuestra angustia, Dios nos ofrece
alivio, no porque nos lo hayamos ganado, sino porque Él es bueno. Tengamos
también en cuenta que, gracias a los méritos y el sacrificio de Cristo, todos
los que confían en Él como su Salvador, tienen un gran valor a los ojos de Dios
(2 Corintios 5.21).
Otra
expresión de la bondad de nuestro Padre celestial es su gracia. Un Dios justo no puede
pasar por alto el pecado, pero por su bondad y amor infinitos Él decidió pagar
el castigo por nosotros. Tenemos acceso
a la gracia de Dios solo por medio de la sangre de su Hijo Jesucristo. Debemos
recordarnos a nosotros mismos cada día la extraordinaria bondad del Padre para
con nosotros, y darle gracias por ello.”
4. Preguntas
para el crecimiento personal y espiritual:
a. ¿Qué significan las bendiciones para mí?
b. ¿Reconozco las bendiciones de Dios en mi
vida?
c. ¿Valoro la provisión diaria de Dios en
todas las áreas: en mi vida, mi familia, mi trabajo, en todo?
d. ¿Soy agradecido con Dios por sus
bendiciones?
e. En adelante voy a reconocer las
bendiciones de Dios y le daré gracias por cada una de ellas
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