Con ayuda de Dios podemos superar los estados depresivos |
1. Lectura Bíblica: Salmo 42:5; Salmo 43:7
2. Versículo para memorizar:
“¿Por qué
estoy desanimado? ¿Por qué está tan triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en
Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi Salvador y mi Dios!”(Salmo 42:5. Versión
Traducción en Lenguaje Actual)
3. Reflexión en la Palabra de Dios:
Aquél día fue, como
tantos otros, frío y gris para el escritor Dominique Venner. Tras revisar
apuntes en su libreta de notas, escribió una corta frase en su Blog y, a pasos
lentos pero firmes se dirigió hasta la célebre catedral de Francia de
Notre-Dame. Imperceptible en medio de una multitud que visitaba la monumental
obra arquitectónica al comenzar la tarde, Venner se acercó al altar y, en
presencia de todos, se disparó. Un suicidio lamentable para alguien que marcó
su generación, poniendo en tela de juicio leyes lesivas como la legalización
del matrimonio homosexual en Francia. Los médicos atribuyeron su fatal decisión
a un estado depresivo recurrente…
Hoy se habla mucho de
depresión. ¿Qué es y qué significa? Unas pocas líneas no podrían ser el espacio
para dilucidar el tema, pero en esencia podemos decir que es un trastorno del
estado de ánimo que puede presentarse en varias formas, y va desde leve hasta
severa cuando se prolonga por días, semanas y meses.
El estado depresivo altera
todas las áreas de la personalidad del sujeto como cansancio crónico, fatiga,
se aísla afectivamente, no encuentra placer en actividades que le eran
gratificantes, perdiendo la percepción del sentido de su vida gestando en su
mente la idea suicida.
La familia es esencial
en el proceso de identificar que se está presentando esta situación en una
persona, pero también para brindarle acompañamiento y ayuda, que en lo posible
debe reforzarse con la medicina.
Ahora, ¿pueden ayudar
nuestras convicciones de fe? Por supuesto que sí. Volvernos a Dios,
principalmente en oración, constituye una poderosa ayuda cuando vienen períodos
de depresión. Es volvernos al Señor, depositar toda nuestra confianza en Él y
saber que –por que tiene todo bajo control—nos llevará a salir airosos, no
importa la situación por la que estemos atravesando.
El autor sagrado
escribió: “¿Por qué estoy desanimado? ¿Por qué está tan
triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi
Salvador y mi Dios!”(Salmo 42:5. Versión Traducción en Lenguaje Actual)
Quizá usted conozca
personas que, tras enfrentar una ansiedad o depresión, volvieron su mirada a
Dios. Ellos podrán testificar de qué manera reposar en Dios nos alienta para
seguir adelante y levanta nuestro estado de ánimo.
La ciencia constituye
una ayuda tremenda en estos casos, pero los
medicamentos no transforman el mundo interior de cada ser humano, que es donde
radica el problema. Jesús el Señor sí puede hacerlo, porque Él es quien nos
transforma y nos lleva a nuevos niveles, siempre.
Razón tenía el propio
salmista cuando escribió: “No confío en mi
arco ni dependo de que mi espada me salve.”(Salmo 44:6. Traducción en Lenguaje
Actual)
Podemos encontrar
paliativos en las diferentes ramas de la medicina, pero quien sana nuestras
enfermedades y trae equilibrio a nuestras emociones, es Dios. Es esencial que
nos volvamos a Él y rindamos nuestras preocupaciones, dolor, angustia o incertidumbre,
que son algunos de los fundamentos de la depresión. En Dios hay salida al
laberinto y sanidad para la enfermedad.
Desconozco cómo se
encuentra hoy, pero lo que sí puedo asegurarle, es que Dios permitirá que
supere esa situación que lo afecta y le permitirá ver de nuevo a luz, disfrutar
días soleados y valorar a quienes le aman y le rodean. Recuerde que en Dios hay
esperanza, paz y salida a las circunstancias difíciles.
Ábrale hoy las puertas
de su corazón, puedo asegurarle que no se arrepentirá…
4. Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a. ¿He enfrentado alguna vez un estado depresivo?
b. ¿Pude identificar qué me llevó a la depresión?
c. ¿Busqué a Dios en medio de una situación
depresiva?
d. ¿Encontré sosiego en medio de la depresión al
encomendarme a Dios?
e. En adelante, mis estados de ánimo los someteré a
Dios
© Fernando Alexis
Jiménez
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