1. Lectura Bíblica: Filipenses
3:13-14
2. Versículo para memorizar:
“No, amados hermanos, no lo he logrado, pero me concentro únicamente en esto: olvido el pasado y fijo la
mirada en lo que tengo por delante, y así avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el
premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús.”(Filipenses
3:13, 14. NTV)
3. Reflexión en la Palabra de Dios:
Elizabeth
George
Si vivimos estancados mirando lo que ha pasado no
podremos disfrutar lo que Dios tiene para el porvenir. Debemos mirar para
adelante y soltar lo que quedó atrás.
Aunque
nunca he asistido a una de las reuniones de mi instituto de enseñanza
secundaria, ¡he escuchado sobre ellas! Mis amigas me han contado acerca de compañeros
de clase que siguen siendo de la forma que siempre fueron y de otros cuyas
personalidades han cambiado por completo. Informan también que otros son más
grandes —¡o más calvos!— y casi irreconocibles. Además, y tristemente, algunos que disfrutaron del éxito
mientras estudiaban han seguido el camino del alcoholismo, sufrieron alguna
incapacidad física o han enfrentado otras tragedias.
El pasado nos hace quienes somos.
Nos enseña lecciones acerca de Dios, de la vida y de nosotros mismos.
Aprendemos mucho de lo que queda atrás. Pero nuestro aprendizaje no debe
detenerse allí. Debemos tomar esas lecciones y seguir adelante. Y esa es
precisamente la verdad que el apóstol Pablo enseña en Filipenses 3:13-14 en el
que leemos “No, amados
hermanos, no lo he logrado, pero me concentro
únicamente en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por
delante, y así avanzo
hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual
Dios nos llama por medio de Cristo Jesús.”, otro de los pasajes que me hacen crecer y
que quiero compartir con ustedes. Después de exaltar a Jesucristo y exhortarnos
a que seamos como Él, Pablo nos dice cómo buscar la semejanza a Cristo. Dejar
atrás un pesado equipaje y avanzar hacia lo que Dios nos tiene preparado.
Reconociendo
que él aún no ha llegado en su propia búsqueda, Pablo ofrece en Filipenses
3:13-14 tres acciones que lo ayudaron a continuar su progreso hacia la madurez
espiritual. Y esas mismas verdades se aplican a tu crecimiento también. Pablo
escribe: "olvidando lo que queda atrás y
esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta
para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en
Cristo Jesús".
El
primer paso hacia una vida que agrada a Cristo —una vida que culmina en gloria
eterna con nuestro Señor— es olvidar lo que queda atrás. El pasado, como tú
bien sabes, no siempre es fácil de olvidar. Ya sea un logro anterior que nunca
más se ha repetido o algún fracaso que no hemos dejado ir, el pasado puede
apropiarse de nuestra mente y nuestro corazón. Yo lo sé, porque pensar mucho en
las heridas, insultos y tristezas del pasado hizo una vez que la infelicidad y
el llanto fueran parte de mi vida diaria.
Sin
embargo, las palabras del apóstol Pablo en Filipenses 3:13-14 vinieron a mi
rescate. Me dieron la dirección que necesitaba para vencer —por la gracia de
Dios— el estilo de vida negativo que surgió de mis malsanos pensamientos acerca
del pasado. Y al igual que Pablo lo es para mí, él puede ser tu maestro y tu
ejemplo de olvidar y proseguir. Olvida por completo. Al comenzar a mirar la
experiencia de Pablo de olvidar el pasado, permíteme decir que el pasado es
importante. Nos moldea, nos enseña y nos recuerda la fidelidad de Dios. Sin
embargo, nuestro desarrollo espiritual puede obstaculizarse al prestar
demasiada atención al pasado. ¿Cómo es posible?
Hacer
mucho hincapié en el pasado puede hacer que se afloje el paso de nuestro andar
con Cristo. Es fácil mirar atrás y nunca moverse hacia adelante. Como lo
expresa un comentarista: "De seguro mirar atrás termina en ir hacia
atrás". El crecimiento cristiano —el proceso de moverse hacia delante—
requiere mirar al futuro y no al pasado. En realidad, un erudito escribe:
"El proceso hacia delante del cristiano se ve obstaculizado si este piensa
mucho en el pasado lleno de fracasos y pecados, lleno de penas y desalientos,
lleno de desencantos y esperanzas y planes frustrados. Siempre que el cristiano
tenga sus cuentas justificadas ante Dios y los hombres, debe olvidar
completamente su pasado".
Las
personas que están cerca, bien sea los miembros de la familia, quizá compañeros
del trabajo o alguien con quien
interactuamos, puede que nos hayan ofendido. No obstante, estamos llamados a
perdonar. Es una prioridad en nuestra vida. Dejar de lado lo que nos perjudica
y dar nuevos pasos, viviendo al máximo cada instante. Un día a la vez,
experimentando vida plena.
4. Preguntas
para el crecimiento personal y espiritual:
a. ¿Todavía vivo atado a mi pasado?
b. ¿Los errores del pasado me siguen
persiguiendo como una sombra?
c. ¿Todavía guardo en mi corazón el daño que
me han causado?
d. ¿He aprendido a perdonar o se me
dificulta?
e. En adelante entrego en manos de Dios mi
pasado y le entregaré mis cargas para seguir creciendo.
Lea también…
1. Dios esculpe
en nuestras vidas figuras de gloria http://devocionalesdiarios.wordpress.com/2013/07/18/dios-esculpe-en-nuestras-vidas-figuras-de-gloria/
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