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Orando y alabando en medio de las crisis

Dios nos permite superar todos los
obstáculos que salen al paso

1. Lectura Bíblica: Salmo 34:4; Hechos 19:22-25

2. Versículo para memorizar:

“Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores.” (Salmo 34:4; Cf. Salmo 42:5).

3. Reflexión en la Palabra de Dios:

El apóstol Pablo fue un vencedor en el Reino de Dios. No obstante, por su condición de obrero comprometido, a tiempo completo, enfrentaba mucha oposición. La misma quizá que usted y yo. El hecho de ser fieles a Dios no significa que la sociedad nos aceptará.
           
Estando en Éfeso, Pablo ministró liberación a una joven que tenía espíritu de adivinación. La ciudad entera se alborotó y relatan las Escrituras que “…el pueblo se Levantó a una contra ellos. Y los magistrados les despojaron de sus ropas con violencia y mandaron azotarles con varas. Después de golpearles con muchos azotes, los echaron en la Cárcel y ordenaron al carcelero que los guardara con mucha seguridad.  Cuando éste Recibió semejante orden, los Metió en el calabozo de Más adentro y Sujetó sus pies en el cepo. Como a la medianoche, Pablo y Silas estaban orando y cantando himnos a Dios, y los presos les escuchaban. ” (Hechos 19:22-25)
            ¿Dificultades? Pablo las enfrentó. ¿Ataques físicos y verbales? Pablo sabía qué era vivirlos en carne propia. ¿Qué hizo? Orar.
            Probablemente usted como hombre o mujer de Dios está atravesando por un prolongado desierto o quizá siente que tiene las circunstancias en contra. En momentos así, tal como lo hicieron el rey David y el apóstol Pablo, debemos fortalecernos en Dios. Y una de las maneras de hacerlo, es a través de la oración.
            Cuando glorificamos a Dios en medio de las circunstancias, cuando oramos antes que quejarnos, cuando decidimos seguir adelante, el poder de nuestro amado Creador es exaltado y responde con poder, como ocurrió en el caso de los apóstoles Pablo y Silas: “Entonces, de repente sobrevino un fuerte terremoto, de manera que los cimientos de la Cárcel fueron sacudidos. Al instante, todas las puertas se abrieron, y las cadenas de todos se soltaron.”(Hechos 19:26)
            La oración produjo resultados y es lo mismo que ocurrirá con usted, porque Dios no nos ha dejado solos y sin duda, jamás lo hará.
            El afamado evangelista, Billy Graham, escribe: “Las enormes olas del mar se rompían contra las olas. Brillaban los relámpagos y rugían los truenos. Soplaban los vientos, pero el pajarillo en una hendidura de la roca, dormía tranquilamente con la cabecita bajo un ala. Así es la paz. Es poder dormir en medio de las tormentas, la confusión y la desorientación. Si estamos en Cristo nos sentimos tranquilos y en paz, a pesar de las condiciones adversas de la vida. La tormenta ruge, pero nuestros corazones están en reposo. ¡Al fin hemos hallado paz!”(Joan Winmill Browm. “Día tras día con Billy Graham. Casa Bautista de Publicaciones. EE.UU. 2013. Meditación de Enero 13)
            No dudo que los momentos difíciles le roben la paz, pero tampoco podemos desconocer que si nuestra esperanza está afincada en Dios, podremos salir victoriosos.
            No estamos solos. Es imperativo que desarrollemos intimidad con Dios aún en medio de tremendas crisis. Es la forma más sencilla para aprender a reconocer que junto a nuestros pasos, cuando creemos que atravesamos el valle de sombra, siempre estarán los pasos de nuestro amado Padre celestial.
            El rey David que aprendió a desarrollar intimidad con Dios cuando las cosas estaban mal, escribió: “Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores.” (Salmo 34:4; Cf. Salmo 42:5).
            ¿De qué manera buscó a Dios? En oración. Fue por ese motivo que puso escribir esa preciosa porción de un poema hebreo: “…y él me oyó, y me libró de todos mis temores.”.
            Sobre este particular  el autor y predicador, Reuber Archer Torrey, escribió: “El mundo tiende a distraernos con sus recompensas y sus preocupaciones. Hay solo una manera en que podemos salir triunfantes de estas cosas: por el constante vigilar en la oración, es decir, por orar incansablemente.”(Reuber Archer Torrey. “Cómo orar”. Editorial Peniel. Argentina. 2013. Pg. 21)
            Es tiempo de evaluar cómo anda nuestra relación con Dios, y disponernos a buscar su rostro en oración. No solo cuando las cosas van bien, sino cuando todo parece ir de mal en peor. No estamos solos, Dios está con nosotros, y si vamos tomados de su mano, somos invencibles. Piense en este principio de victoria para su existencia. Aplíquelo. Puedo asegurarle que su vida espiritual experimentará un giro de 180 grados.
            Si tiene  alguna inquietud, por favor, no dude en escribirme a webestudiosbiblicos@gmail.com o llámenos al (0057) 317-4913705.
© Fernando Alexis Jiménez

4. Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:

a. ¿Qué podemos aprender del rey David en medio de las crisis (I Samuel 30:6)?
b. ¿Por qué razón una persona que sirve a Dios no está exenta de las crisis?
c. ¿Por qué las Escrituras enseñan que debemos depositar toda nuestra confianza en Dios en medio de las crisis (Salmo 20:7)?
d. Si Dios es quien nos acompaña en medio de las crisis, ¿qué hemos de temer (Salmo 27:1; Romanos 8:31)?
e.  ¿Qué hizo el apóstol Pablo en medio de terribles circunstancias (Hechos 19:22-25)?
f. ¿Qué ocurre cuando en medio de las circunstancias adversas, tomamos tiempo para buscar a Dios en oración (Hechos 19:26)?
g. ¿Ora usted a Dios cuando las cosas no salen bien, o se da por vencido fácilmente?
© Fernando Alexis Jiménez



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