Es tiempo de evaluar los errores en familia y corregirlos con ayuda de Dios |
1. Lectura Bíblica: Ezequiel 36:26, 27; 2
Corintios 3:2, 3
2. Versículo para memorizar:
“Os daré corazón nuevo, y pondré
espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de
piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu,
y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por
obra.”(Ezequiel 36:26, 27)
3.
Reflexión en la Palabra de Dios:
El mayor problema de un ser humano es reconocer
que está fallando, y llegar al estado de justificación con lo malo que hace.
Quizá usted tiene un mal carácter o tal vez le gobiernan los temores. ¿Está
bien eso a nivel de la familia, teniendo en cuenta que su hogar es la viva
imagen de la influencia que ejerce en ellos?
Probablemente tienen
dificultades para relacionarse con su pareja. Los diálogos terminan en
discusiones. ¿Ha pensado seguir igual? Es tiempo de cambiar.
Si se ha desilusionado
porque ha deseado experimentar transformaciones en su forma de pensar y de
actuar, y considera que resulta imposible y fácilmente se da por vencido, llegó
el momento de rendirse a Dios para que Él le ayude a experimentar cambios, esa
modificación en la vida que tanto anhela y que sólo puede operar el Señor en
nuestra vida como dicen las Escrituras: “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de
vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón
de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis
estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.”(Ezequiel 36:26,
27)
Una sugerencia es que
usted como esposo o esposa haga un listado de los errores que, reconoce, viene
cometiendo y que son un factor determinante en los conflictos que tiene en el
matrimonio. Es esencial que haga esa evaluación. Recuerde en el proceso de
cambio no estamos solos, Dios nos ayuda. Es una decisión que traerá beneficios
a su vida y por supuesto a su pareja y a sus hijos. No siga en el estado de justificación
por sus errores. Es hora de cambiar.
¿Cómo comenzó la
relación con la persona que hoy es nuestro cónyuge? Sin duda y si siguió el
curso normal, me responderá de manera contundente: con la amistad. Estamos de
acuerdo. ¿Qué pasó entonces hoy, cuando todo se volvió rutina en la relación de
familia? Sin duda dejamos que la amistad entrara a ocupar un segundo
lugar en nuestra relación.
Al referirse a la
amistad, el famoso teólogo y autor británico, C.S. Lewis, dijo: "Es cuando estamos haciendo algo
juntos que la amistad surge - pintando, navegando, orando, filosofando, y
luchando hombro a hombro. Los amigos miran en la misma
dirección".
Es necesario recobrar
esos diálogos exentos de las prevenciones que quizá manejamos hoy como pareja.
Puede ser fácil cuando apartamos un tiempo especial para los dos, o cuando
salimos a caminar tomados de la mano, o quizá si vamos al supermercado y
simplemente compramos un refresco para tomarlo juntos en un lugar cercano.
Probablemente el
carácter fuerte, las diferencias, el mal manejo de los problemas juntos, nos
han llevado al distanciamiento. Hoy es el día para romper el distanciamiento.
Si ese distanciamiento fue el que vimos en nuestros padres, no podemos repetir
ese patrón en nuestra relación porque será el mismo comportamiento que asumirán
nuestros hijos cuando tengan su propio hogar.
Tenga en cuenta lo que
anota el apóstol Pablo: “Nuestras cartas
sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los
hombres; siendo manifiesto que sois
carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el
Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra,
sino en tablas de carne del corazón. ”(2 Corintios 3:2, 3)
Cartas leídas. Por
favor, tome nota de la profunda significación que encierra ese versículo. Nos
debe llevar a revisar cómo anda nuestro hogar, a evaluar que no podemos repetir
los errores que vimos en casa en nuestra niñez, adolescencia y juventud, y
además, recobrar principios tan elementales como la amistad con nuestra pareja.
Hoy es el día para emprender todo el proceso.
Si aún no ha recibido a
Jesucristo en su corazón como Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga
porque prendidos de la mano del Señor Jesús emprendemos el proceso de
crecimiento personal y espiritual que tanto hemos anhelado y necesitamos. Si
tiene alguna inquietud, no dude en escribirnos a webestudiosbiblicos@gmail.com
© Fernando Alexis Jiménez
4. Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a. ¿Por qué afirmamos que
las personas reflejan en su propia familia aquello que aprendieron consciente o
inconscientemente en su hogar?
b. A partir de esa
reflexión, ¿por qué debemos ser cuidadosos al momento de escoger la pareja para
contraer matrimonio?
c. ¿Por qué debemos
involucrar a Dios en el período del noviazgo?
d. ¿Cómo debemos aplicar la
recomendación de 2 Corintios 6:14 cuando estamos pensando en contraer
matrimonio?
e. ¿Por qué debemos orar a
Dios si nuestra pareja tiene un carácter difícil?
f. ¿Ha evaluado cuáles son
los errores que comete a nivel familiar y está dispuesto a cambiar?
g. ¿Reconoce que en sus fuerzas
se dificulta cambiar y que el proceso sólo es posible cuando buscamos ayuda en
Dios?
©
Fernando Alexis Jiménez
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