Estamos llamados a traer transformacióm a nuestra familia |
1. Lectura Bíblica: Josué 1:1-4
2. Versículo para memorizar:
“Por lo tanto, ha llegado el
momento de que guíes a este pueblo, a los israelitas, a cruzar el río Jordán y
a entrar en la tierra que les doy.”(Josué 1:2. NTV)
3.
Reflexión en la Palabra de Dios:
Emprender un nuevo año, quizá un nuevo mes o una
semana, siempre resulta curioso. ¿La razón? Los compromisos que hacen muchas
personas en su propósito de experimentar transformación en su vida. “Desde el primero de enero comeré menos para bajar peso”, dice
alguien. “El próximo mes caminaré unas
veinte cuadras para mantenerme en forma”, asegura otro. “Desde el lunes dejaré de beber tanto café
tinto”, se promete uno más. Promesas que nos formulamos y que,
generalmente, nunca cumplimos. El motivo es sencillo: el compromiso lo asumimos
de labios para afuera y no de corazón.
Ahora traslademos esta
situación al escenario de la familia. Muchos quisiéramos experimentar cambios a
nivel de la relación de pareja y con los hijos. Nos prometemos que el año
próximo, el mes que viene o quizá el lunes; no obstante, tales fechas nunca
llegan porque nos dejamos arrastrar de nuevo por aquello que nos mueve de la
comodidad a la que estamos acostumbrados: el comportamiento, la forma de
responder, de pensar, de reaccionar.
Las personas que están
llamadas a liderar la transformación en la familia, son en primera instancia
los esposos. Es una responsabilidad que les asiste, y a la que no pueden
renunciar. Cuando por alguna razón dejamos que la responsabilidad del hogar
recaiga en los hombros de la esposa, ellas como mujeres saben asumir el control
de los problemas, y perdemos espacio en el liderazgo al que nos llamó Dios.
La familia es el gran
reto de un hombre llamado a transformar la sociedad en la que se desenvuelve.
Liderar es ejercer influencia y guiar a otras personas—en este caso nuestro
cónyuge e hijos—hacia una meta.
Traigo a colación la
vida de Josué, el gran conquistador de la tierra prometida, para que aprendamos
de él algunos elementos que nos ayuden a liderar transformación en familia.
Liderar un hogar parece
un reto muy grande: cuentas pendientes por pagar, proveer para los alimentos,
la seguridad social, el estudio de los hijos, cancelar los servicios básicos,
la renta, algún crédito contratado para comprar un electrodoméstico, en fin, la
lista podría ser muy extensa. Es un reto, debemos admitirlo. Pero Dios nos
llama no solamente a asumir los retos, sino también, a superar las pruebas que
salen al paso procurando que no cumplamos el objetivo que nos hemos fijado.
Le invito a leer sobre
el llamamiento de Josué: “Después de la
muerte de Moisés, siervo del Señor, el Señor
habló a Josué, hijo de Nun y ayudante de Moisés. Le dijo: «Mi siervo Moisés ha
muerto. Por lo tanto, ha llegado el momento de que guíes a este pueblo, a los
israelitas, a cruzar el río Jordán y a entrar en la tierra que les doy. Te
prometo a ti lo mismo que le prometí a Moisés: “Dondequiera que pongan los pies
los israelitas, estarán pisando la tierra que les he dado: desde el desierto
del Neguev, al sur, hasta las montañas del Líbano, al norte; desde el río
Éufrates, al oriente, hasta el mar Mediterráneo, al occidente, incluida
toda la tierra de los hititas.”(Josué 1:1-4. NTV)
Nadie podrá asumir el
liderazgo en el hogar más que usted. Quizá hasta el momento ha eludido
responsabilidades y las ha dejado en manos de su cónyuge. Es un error. Revise
su situación y dispóngase a aplicar correctivos y recobrar el liderazgo que le
corresponde.
El pueblo de Israel
marchaba hacia la tierra prometida. Esta meta obligaba de cada uno de ellos,
decisión, esfuerzo, perseverancia. Tres elementos que son muy útiles en todo
cuanto emprendemos y más la tarea de llevar nuestra familia a “mejores tierras”. No fuimos llamados por
Dios a liderar una familia y llevarles únicamente al estado de sobrevivencia,
sino llevarlos siempre a nuevos niveles, mejorando sus condiciones de vida en
lo personal y lo espiritual. ¿Está cumpliendo su tarea?
Antes de terminar una
pregunta: ¿Ya recibimos a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador? Es la mejor
decisión que jamás podemos tomar, porque prendidos de Su mano, emprendemos el
maravilloso camino hacia el crecimiento personal y espiritual. Si le asalta una
pregunta, no dude en escribirnos a webestudiosbiblicos@gmail.com
© Fernando Alexis Jiménez
4.
Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a. Como esposo, ¿qué tipo
de liderazgo ejerzo en familia?
b. ¿En mi condición de
esposo eludo mis responsabilidades de tal maneja que es mi cónyuge quien debe asumir
toda la carga del hogar?
c. Como esposo, ¿qué tipo
de influencia ejerzo en mi familia?¿Les doy ejemplo con mis acciones?
d. ¿Ser cristiano está
llevándome a experimentar cambios en mi forma de pensar y de actuar?
e. ¿Somos conscientes que
no estamos solos en el proceso de cambio hacia nuestra familia, y que Dios está
con nosotros?
f. Permitiré que Dios me
guíe en el proceso de liderar a la familia
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