Traiga sanidad a su corazón
de recursos dolorosos
Fernando
Alexis Jiménez
I
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nvariablemente cuando iba a
emprender nuevos proyectos, e incluso, cuando se encontraba a las puertas de
terminar su carrera profesional, los recuerdos atormentaban su vida y se
relacionaban—todos—con las frases de su padre diciéndole: “Eres un bueno para nada”.
Dios desea que experimentemos una vida plena y que dejemos atrás los recuerdos que nos causan dolor... |
Desde
su más tierna infancia Juan Carlos comenzó a guardar rencor en su corazón.
Antes que su progenitor o quizá alguien familiar, su padre le despertaba
sentimientos encontrados y lo visualizaba como su enemigo, que le robaba la
felicidad en los momentos más gratos que le ofrecía la vida.
Pasaron
32 años antes que pudiera ser libre. Un tiempo demasiado largo, media vida
quizá. Y logró su propósito cuando –desesperado y a las puertas de quitarse la vida—pensó que lo mejor era
rendirse a Dios. Fue como abrirle las puertas de su casa para permitirle que
pusiera todo en orden. Y el Señor lo hizo. Él es especialista en sanar las
heridas del alma, despejar nuestro horizonte y mostrarnos un sol de esperanza
que invita a recomenzar, a reemprender el camino, a no dejar de soñar.
La
situación de Juan Carlos quizá sea la suya. Usted se ha visto enfrentado una y
mil veces a situaciones similares. Siente que no puede dar un paso más, hasta
que decide rendirse al poder divino quien produce armonía en todo nuestro ser.
El propósito de Dios: nuestra armonía interior
Las emociones negativas son
un problema. Simplemente anidan en nuestro corazón y nos impiden crecer.
Germinan como cizaña y toman fuerza. Destruyen, debilitan, desaniman. No
conozco a la primera persona que tenga odio en su corazón, o resentimiento o
quizá se deje dominar por el temor, y a la vez triunfe y alcance crecimiento
personal y espiritual. Avanzar hacia nuevos niveles obliga que nos despojemos
del pesado equipaje emocional que
arrastramos.
Permita que Dios sane su mundo interior, de los recuerdos dolorosos... |
Alguien
lo comparó como el cuarto de san Alejo. ¿Recuerda? Es la pieza donde guardamos
aquello que ya no nos sirve. No obstante, en el plano emocional, aquello que
almacenamos y que es destructivo, como es natural, nos destruye tanto
espiritual como físicamente.
¿Dios
quiere el sufrimiento para nosotros? En absoluto. Él quiere que haya armonía y
equilibrio en nuestro mundo interior, como dijo el Señor Jesús: "La paz os dejo, mi paz os doy; no como el mundo la da
yo os la doy. No se turbe vuestro corazón, ni se acobarde..." (Juan
14.27).
Observe
cuidadosamente que el amado Salvador dejó en nuestras manos la determinación
que disfrutar de esa paz que sobrepasa todo entendimiento, o por el contrario,
dejarnos arrastrar por la confusión y el temor que nos paraliza e impide
avanzar hacia nuevos niveles de crecimiento personal y espiritual.
Disfrute la vida plena
Si entendemos que el
propósito eterno de Dios para usted y para mí es la paz interior, no podemos
permitir que nos la roben la angustia, los temores, los traumas secretos y
sumidos en el cuarto de san Alejo, el miedo al fracaso, el rencor o el
resentimiento o quizá, los hechos que nos marcaron para toda la vida—que nos
duelen—y a los cuales no queremos renunciar.
Quien
se aprovecha de todo lo que llevamos dentro es Satanás, quien impide lo mejor
de lo mejor, que es lo que Dios tiene para nosotros como enseñó el Señor Jesús:
“El propósito del ladrón es robar y matar y
destruir; mi propósito es darles una vida plena y abundante.”(Juan
10:10. Nueva Traducción Viviente)
Hasta
tanto no dejemos de lado lo que nos impide avanzar, no creceremos. Los momentos
dolorosos del ayer amenazarán con retornar y se convertirán en tremendos
obstáculos. ¡Usted puede superar todo lo que se atraviesa en su camino, porque
Jesucristo sana nuestro mundo interior y remueve las dificultades que emergen a
cada paso! La decisión es suya y nada más que suya, recuérdelo siempre.
Revise
su vida y renuncie a lo que impide esa paz que Dios quiere para su existencia.
Y, a propósito, no deje pasar esta oportunidad sin abrirle las puertas de su
corazón a Cristo. Él renueva su vida y le ofrece una oportunidad nueva siempre,
para alcanzar nuevos niveles de crecimiento en todas las áreas.
Si
tiene alguna inquietud, no dude en escribirnos a pastorfernandoalexis@hotmail.com
o llamarnos al (0057) 317-4913705
© Fernando Alexis Jiménez
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