Es importante redefinir qué es éxito para un cristiano comprometido |
1.
Lectura Bíblica: 2
Timoteo 4:7, 8;
2.
Versículo para memorizar:
“He peleado la buena batalla, he
acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona
de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a
mí, sino también a todos los que aman su venida” (2 Timoteo 4.7, 8).
3.
Reflexión en la Palabra de Dios:
¿Qué es lo que hace que alguien sea un
triunfador en la vida? ¿La riqueza, la educación, la notoriedad o la fama? A
diferencia del medidor de éxito del mundo, el de Dios mide nuestra dependencia,
y no nuestra fuerza. Él busca a quienes saben que son débiles e incapaces para
alcanza cualquier cosa en la vida.
Esa es exactamente la
manera como el Señor quiere que vivamos. Él ha concebido cuidadosamente un plan
para cada uno de nosotros, y nuestra responsabilidad es descubrirlo y
realizarlo. Ningún cristiano tiene necesidad de llegar al fin de su vida lleno
de remordimiento por las oportunidades desperdiciadas de vivir para Cristo.
Hay tres elementos significativos que vale la
pena considerar:
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Pelear la buena batalla. Cuando usted puso su fe en
Cristo como su Salvador, entró a un campo de batalla. Satanás perdió su alma,
pero él no piensa darse por vencido. Hará lo que sea para volverle inútil para
el reino de Dios. Y puesto que usted no puede competir con el diablo; es
imposible que gane esta batalla con sus propias fuerzas. Pero Cristo le ha dado
su armadura y la espada de su Palabra para que pueda mantenerse firme (Ef
6.10-17).
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Acabar la carrera. Pablo asemejó la vida
cristiana a un maratón. Dios ha dispuesto una senda específica para cada uno de
nosotros, y nos ha concedido dones y capacidades que nos permiten cumplir con
sus planes y acabar la carrera.
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Guardar la fe. Después de revelarse a
Pablo en el camino de Damasco, Jesús le confió un tesoro inestimable: el
evangelio. La palabra “guardar” significa “cuidar”, y eso fue lo que Pablo hizo
al predicar la Palabra de Dios y defender la fe. El peligro que enfrentamos hoy
es no dar la debida importancia a nuestra fe, y no apreciar el gran tesoro que
ella es.
Cuando comprendemos cuán precioso es el evangelio, nos mantenemos firmes en la fe, sin dejar que las dudas y los temores nos hagan retroceder.
Cuando comprendemos cuán precioso es el evangelio, nos mantenemos firmes en la fe, sin dejar que las dudas y los temores nos hagan retroceder.
Cuando comparamos nuestras vidas con la de
Pablo, podemos desanimarnos y sentirnos derrotados. Después de todo, ¿quién
podría estar a la altura de su ejemplo? Aunque tendemos a pensar que el apóstol
fue un “supercristiano”, él sería el
último en reclamar la gloria por una vida bien vivida. Pablo había aprendido el
secreto: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4.13).
Si no ha recibido a Cristo Jesús como Señor y
Salvador, hoy es el día para que le abra las puertas de su corazón. No se
arrepentirá. Si tiene alguna inquietud, no dude en escribirnos a webestudiosbiblicos@gmail.com o
llámenos al (0057) 317-4913705
© Charles Stanley
4.
Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a. ¿Qué significa para
nosotros el éxito?
b. ¿Asociamos el éxito con
la prosperidad económica?
c. ¿Acaso el crecimiento
espiritual lo asociamos con éxito?
d. ¿Qué nos impide asociar
valores espirituales con el éxito real?
e. En adelante
redefiniremos el concepto de éxito y buscaremos ese nivel con ayuda de Dios
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