Dios nos ayuda a cambiar hoy |
1.
Lectura Bíblica:
Lucas
15.11-32;
Apocalipsis 3:20
2. Versículo
para memorizar:
“¡Mira! Yo estoy a la puerta y
llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como
amigos.”(Apocalipsis 3:20. NTV)
3. Reflexión
en la Palabra de Dios:
Lucía no es una persona desconocida. Nos
escribió desde El Salvador, para pedir oración por su hijo. En ese momento
tenía 17 años. Era bebedor y consumía marihuana. Un verdadero caos para todos.
Rebelde, grosero, impertinente. Robaba hasta el último centavo de la familia.
La madre estaba desesperada, y pidió oración. De nada había servido que riñera
con el muchacho, seguía con sus malas amistades.
Dios
respondió a sus oraciones de manera extraña. Una noche lo iban a matar sus
propios “amigos”. Le pidieron que
comprara una droga y cervezas. Él se fumó la hierba y se bebió las cervezas. Lo
encontraron dos horas después, drogado y borracho, y querían matarlo a golpes.
En
medio de su desesperación, Ricardo pidió ayuda a Dios. “Sálvame, y no volveré a ser el mismo”. Dios lo salvó. Una patrulla de
la policía que pasaba por el lugar “inexplicablemente”,
evitó la muerte del joven.
Regresó
a casa arrepentido, siendo ya de madrugada. A primera hora del día, estaba
dispuesto a acompañar a su madre a la iglesia. Dos días después se fue del
lugar, a donde algunos familiares, para evitar retaliaciones. Hoy es líder
juvenil en una congregación.
Todos
los seres humanos podemos cambiar. El Señor Jesús abrió una enorme oportunidad
cuando dijo: “¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si
oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos.”(Apocalipsis 3:20.NTV)
Basta
que nos decidamos, porque el propósito de Dios es que seamos rescatados de
nuestra manera de vivir, como anota el autor, Chip Ingram: “Si estás cansado de todas las reglas, de todas las fórmulas, de todas
las actividades religiosas y aún de los bien intencionados programas de la
iglesia que prometen transformación pero no siempre lo cumplen, es hora de que
te unas conmigo a confiar en el Dios de la gracia, de fe, de relación que nos
lleva al cambio y a una transformación verdadera… en Su amor, poder y gracia
puedes vivir una vida abundante, nueva y radical.”(Chip Ingram. “Vivir al borde”.
Living editores. EE.UU. 2013. Pg. 29)
Por
favor, no nos malinterprete. No es asunto de no ir a la iglesia, sino de
realmente depender de Dios para el cambio y dar pasos con Él. Eso es lo que
marca la diferencia. Entender que Su amor perdona nuestros errores del ayer y
nos abre una nueva puerta hoy. Este es el momento oportuno para cambiar…
Le invito a considerar
la enseñanza del autor y conferencista internacional, Charles Staney: Pensemos
en el hijo pródigo. Este joven tenía todo lo que podía necesitar —vivía en una
casa hermosa, tenía abundancia de comida, y había sido criado dentro de una
familia adinerada. Sin embargo, puso imprudentemente su mirada en lo único que
no tenía: independencia. Quiso dejar de vivir bajo la sombra de su padre y su
hermano mayor. A pesar de que lo tenía todo, quería vivir lejos de su padre.
¿El resultado? Este
joven vivió a las mil maravillas, pero solo por un breve tiempo. Deseaba el
placer que proporcionaba el éxito, pero sin prestar ninguna atención a las
responsabilidades que exige la riqueza. Por tanto, se dirigió a un mundo de
sufrimientos y carencias que nunca había experimentado antes. Y a nadie podía
culpar, sino a sí mismo.
Afligido, hambriento y
completamente solo, el hijo pródigo sabía muy bien en qué lugar podría
encontrar respuesta a sus necesidades. Entonces, al reconocer su culpa, cambió
de dirección y se dirigió a su hogar.
Cuando estamos
afligidos, por lo general tratamos de encontrar a alguien a quien culpar. Puede
ser doloroso darse cuenta de que la falta es en realidad nuestra. Si esto
describe su situación, usted puede, como el hijo pródigo, tragarse su orgullo y
volver al Padre celestial.
Si lo hace, descubrirá que Él ya está
corriendo para encontrarse con usted, y listo para suplir otra vez sus
necesidades.”
Nuestro deseo es que
usted tome la mejor decisión de su vida: Recibir a Jesucristo como Señor y
Salvador. No se arrepentirá. Si tiene alguna inquietud, escríbanos a webestudiosbiblicos@gmail.com o
llámenos al (0057)317-4913705.
4.
Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a. ¿Estoy viviendo la
maravillosa experiencia del cambio?
b. ¿Reconozco la
importancia de experimentar cambio y transformación?
c. ¿Creo acaso que el
cambio es para los demás y no para mí?
d. ¿Qué me impide cambiar?
e. En adelante dependeré
de Dios para experimentar cambios radicales en mi vida
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