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Ni siquiera mencione el divorcio

Jamás piense que el divorcio es la solución;
la solución es orar a Dios cuando hay
problemas en el hogar

1. Lectura Bíblica: Mateo 10:5, 9; Lucas 11:28

2. Versículo para memorizar:

Por eso les repito: cada hombre debe amar a su esposa como se ama a sí mismo, y la esposa debe respetar a su marido.”(Efesios 5:33. NTV)

3. Reflexión en la Palabra de Dios:

Jamás olvide que el divorcio no ha sido ni nunca lo será, un estado que Dios haya contemplado. El divorcio, por el contrario, es la ruptura de algo que Dios instituyó como lo es la familia.
            En alguna ocasión un grupo de judíos fueron ante el Señor Jesús para preguntarle sobre el divorcio. Jesús les respondió: —Moisés escribió ese mandamiento solo como una concesión ante la dureza del corazón de ustedes, pero desde el principio de la creación “Dios los hizo hombre y mujer”. “Esto explica por qué un hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa, y los dos se convierten en uno solo”. Como ya no son dos sino uno, que nadie separe lo que Dios ha unido.”(Mateo 10:5-9. NTV)

            Les ruego que lea  de nuevo la enseñanza del Señor Jesús. ¿Acaso alguna vez ha contemplado la posibilidad de separarse? Tenga presente que está yendo en contravía de la voluntad de Su Creador.
¿Qué hacer entonces? Orar. Es el camino para que nuestro amado Señor haga posible lo imposible. Nuestro Dios es un Dios de milagros, y si Él es el Dios de la familia,  Él transformará su hogar.
            Cuando Dios ocupa el primer lugar en nuestra relación matrimonial, absolutamente todo cambia. Los problemas se resuelven, hallamos salidas a las crisis, y de verdad podemos decir que avanzamos hacia la
            Nuestro Señor Jesús impartió esa valiosa instrucción: «Pero aún más bendito es todo el que escucha la palabra de Dios y la pone en práctica».”(Lucas 11:28. NTV). Poner a Dios en primer lugar y aplicar los principios y valores que nos enseña, son el fundamento para ser felices.
            Es fundamental que rindamos nuestra familia a Aquél que creó la institución familiar. Él sabe cómo hacer las cosas, y nos ayuda a resolver las dificultades, como enseña el apóstol Pedro: “Así que humíllense ante el gran poder de Dios y, a su debido tiempo, él los levantará con honor. Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes.”(1 Pedro 5:6, 7. NTV)
            La felicidad al interior de la familia es posible cuando Dios gobierna todo lo que hacemos. Hoy es el día para rendir nuestro hogar en Sus manos. Podemos tener la certeza de que no nos arrepentiremos. Si no ha recibido aún a Jesús como el Señor y Salvador de su vida, hágalo. Es la mejor decisión. Si tiene alguna inquietud, por favor, no dude en escribirme a pastorfernandoalexis@gmail.com  o llamar al (0057)317-4913705.
© Fernando Alexis Jiménez

4. Preguntas para la discusión en grupo:

a. ¿En dónde busca usted la felicidad?
b. ¿Ha meditado en el hecho de que Dios es la fuente de la felicidad?
c. Si ha pensado que Dios es fuente de felicidad, ¿podría explicar la razón?
d. ¿Cómo familias entregamos los problemas en manos de Dios?
e. ¿Gobierna Dios en nuestra relación de pareja y cuando interactuamos con los hijos?
f. En adelante sometemos nuestras familias en manos de Dios para que Él ocupe el primer y más importante lugar


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